La vuelta a la rutina no será tarea sencilla tras más de un mes de confinamiento, con gran parte de la población recluida en casa y sin poder pisar a la calle salvo por causas de fuerza mayor o para prestar servicios básicos, como el sanitario, el abastecimiento de alimentos o fármacos, la limpieza y la seguridad. En bastantes casos costará reengancharse al día a día y calentar motores. En otros resultará imposible. Literalmente. Tras varias semanas de confinamiento, durante las que muchos vecinos no han podido arrancar sus coches, los talleres prevén un aumento considerable de demanda cuando se levanten las restricciones. "Habrá una cantidad de trabajo importante. Lo lógico es pensar que va a haber mucho más trabajo", explica el vigués Enrique Fontán, presidente de la Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (Cetraa). Cuando se produzca, la vuelta a la normalidad no será sin embargo sencilla. El representante del sector apunta también que es probable que los talleres se vean perjudicados por la crisis económica generada por el Covid-19, que ha obligado a paralizar empresas y generado una cascada de expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) en el país.

"La situación económica nos planea muchas dudas. Una cosa es la necesidad de reparar el vehículo y otra el poder hacerlo", explica Fontán, quien prevé que el escenario será "complicado" y no oculta su "preocupación". Aunque los talleres pueden operar al prestar un servicio esencial, muchos se mantienen con un retén para atender guardias y urgencias, como averías en los vehículos de los cuerpos de seguridad o el personal sanitario. La situación generada por el coronavirus interfiere incluso con la cadena de suministros que abastece a los talleres de las piezas necesarias para las reparaciones.

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El sector espera sin embargo que, tras varias semanas sin apenas actividad, al reabrir sus puertas se produzca un repunte sensible de demanda. Tras más de un mes señalan que habrá trabajo "acumulado": cambios de baterías descargadas, puestas a punto, reparaciones que los dueños han ido posponiendo, inspecciones previas a las ITV o reparaciones de choques que se aplazaron durante el estado de alarma.