Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una red de 200 manos para nutrir Vigo de mascarillas

Los voluntarios emplean material sanitario que luego desinfectan y distribuyen a familias y ONG

Arriba, varias familias cortan el material. Abajo, una voluntaria cose una mascarilla. // FdV

Si algo se puede sacar en positivo de esta alerta sanitaria es sin duda la solidaridad de las personas. En mayor o menor medida, a través del respeto al confinamiento o ayudando a vecinos con sus compras, todos podemos echar una mano para normalizar dentro de lo posible la situación. Pero hay quien va más allá, personas que dejan a un lado sus problemas o dificultades y, armándose de altruismo, deciden tejer una red de ayuda para la confección de mascarillas que lleguen a todo aquel que lo necesite en Vigo y su área metropolitana.

Desde Cabral hasta Chapela, pasando por el centro, Gran Vía, Bouzas, Canido, Valladares, Panxón y hasta Baiona. "Gente que pone su voluntad, no conocen como hacerlo pero les explican y van tirando", explica Marisol Polo, una de las mujeres al frente de esta improvisada organización que ahora suma más de 200 manos que cosen, diseñan y distribuyen con la idea de frenar la expansión del virus.

Y es que las mascarillas se han vuelto un útil indispensable y prácticamente obligatorio con el que salir a la calle a hacer la compra, acudir al trabajo o comprar medicamentos. Por ello, desde sus propias casas y con ayuda de familiares o incluso hijos, llevan confeccionando miles de piezas que luego desinfectar con ozono y que son distribuidas según necesidades y carencias de cada grupo: familias, ong, etc.

Precisamente en los talleres que coordina Polo y en los que trabajan, entre muchísimos otros, Carla Bartolomé, Carmen Raña, Eugenia o Alba Alonso, están empezando a confeccionar mascarillas de diferentes medidas, todas con material y telas sanitarias, pata los niños para en caso de que se aplique la medida de permiso de salida, los menores estén protegidos. De su posterior distribución, y para evitar la salida de estos voluntarios a la calle, Daniel Benavides se encarga de su distribución a las familias y colectivos más necesitados.

El grupo se estructura en cuatro grandes tareas, ya que empezaron siendo pocas pero la solidaridad se extendió hasta los 200 voluntarios. Concretamente, hace unas semanas tenían que ir solicitando esta ayuda y ahora las personas que solicitan colaborar se cuentan por decenas.

Compartir el artículo

stats