La crisis sanitaria global originada por el coronavirus arrasó con todos los eventos multitudinarios. Sin excepción ni escrúpulos. Conciertos, partidos de fútbol, festejos, misas, cumbres, exposiciones... y, para la fatalidad del alumnado del segundo curso de Bachillerato, la temida selectividad -ahora denominada ABAU (Avaliación do Bacharelato para o Acceso á Universidade)-. Más de 11.000 estudiantes de toda Galicia afectados que, sin poder acudir a los institutos tras la suspensión de las clases para frenar la expansión del patógeno, se ven obligados a preparar en sus hogares los exámenes que definirán el rumbo de su futuro inmediato. Un cometido doblemente complejo.
Con el objetivo de ayudar a este colectivo, nació la iniciativa "Yo te ayudo con la sele". Totalmente altruista y sin ánimo de lucro, busca ofrecer recursos a los jóvenes que se quedaron desamparados: apuntes, clases colaborativas y un foro de dudas -la página web yoteayudoconlasele.es-. Su precursora es una joven de 18 años, Amaya Vizmanos, natural de Pamplona. Superó las pruebas el año pasado y, tras anunciarse el estado de alarma, rápidamente empatizó con la generación anterior. La acogida fue tal que, actualmente, una red de 500 voluntarios presta apoyo en todos los rinconces del país a más de 2.000 preuniversitarios. Las cifras que refleja la cuenta de Instagram -@yoteayudoconlasele- desvelan el éxito: más de 27.000 seguidores.
En Galicia, el encargado de gestionar la relación entre el alumno y el "profesor" es el vigués Lorenzo Sanmartín, un estudiante de Ingeniería Aeronáutica en el Imperial College de Londres al que la epidemia lo sorprendió a más de 2.000 kilómetros de su casa. El joven de 21 años, que regresó a la ciudad olívica la semana pasada, se enteró del proyecto a través de las redes sociales. No dudó. "Segundo de Bachillerato ya es estresante, que tengan que aguantar el tema del coronavirus... Echar una mano no viene de más. Yo he tenido la suerte de poder ir a clase para afrontar la selectividad, quiero que ellos dispongan de una oportunidad similar: se están jugando su futuro", justifica.
Y es que se define como un defensor férreo de la importancia de la educación. "Cuando estaba en el instituto, ya daba clases como voluntario en la parroquia de San Antonio. En Londres, continué. Es una labor social muy interesante. A través de la educación, se pueden atajar muchos problemas sociales y muchas desigualdades. Es un tema que me gusta mucho", argumenta.
El coronavirus no ha logrado interrumpir su vocación docente. Además de coordinar el grupo de voluntarios de Galicia, ejerce de profesor de Física y de Matemáticas. E incluso orienta a los alumnos que desean encaminarse hacia su carrera. "Le dedico una hora al día de lunes a viernes. Me aporta satisfacción y disfruto mucho. Aprendo bastante de los temarios que reviso y de organización, una habilidad que me va a servir para cualquier trabajo el día de mañana. Es una labor fantástica", confiesa Lorenzo, que aplaude las nuevas fechas de la selectividad -del 7 al 9 de julio en Galicia-: "Es un acierto. Reducir el temario no era una solución viable a las puertas de la universidad".
