El Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) ha empezado a usar los coloquialmente llamados test de diagnóstico rápido. En concreto, los que buscan en la sangre anticuerpos desarrollados frente al nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2. Los responsables han decidido empezar por servicios de primera línea de batalla y han hecho un muestreo con parte del personal del Servicio de Urgencias. Fueron alrededor de un centenar de sanitarios y todos arrojaron resultado negativo.

Estos test se realizan obteniendo una gotita de sangre de la yema del dedo -sangre capilar-, como los controles de glucosa. Buscan dos anticuerpos en concreto: la inmunoglobulina M (IgM) que aparece en la fase aguda de la enfermedad, a partir de los 5 o 6 días, y va desapareciendo a las tres semanas; y la inmunoglobulina G (IgG), que es la más permanente, surge al cabo de unos 15 años y dura años.

Estas pruebas son más rápidas. Se obtienen resultados en 10 a 15 minutos, pero son menos sensibles que las que se llevan a cabo desde un principio, las PCR. Estas buscan la presencia del virus, su material genético, en muestras nasofaríngeas. Es el test más útil y los rápidos no lo sustituirán, pero sí lo pueden complementar porque tiene una gran desventaja, las alrededor de 3 horas que tarda.

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Las limitaciones del test de los anticuerpos que ya se está probando en trabajadores del Chuvi son fundamentalmente dos. No detecta el virus en esos 5 o 6 primeros días de iniciarse los síntomas, lo que puede dar lugar a falsos negativos. Y cuando encuentra IgM no se sabe si la persona ya lo ha superado o sigue siendo contagiosa. En este casos se le haría una prueba PCR para afinar.

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) emitió ayer un comunicado en el que plantea que las principales aplicaciones de estas pruebas podrían ser para pacientes que acudan con más de cinco días de evolución de síntomas; en casos con PCR repetidamente negativa, pero con síntomas claros varios días antes; para detectar a los inmunes entre el personal sanitario; para elegir los mejores donantes de suero hiperinmune para tratar infectados; para evaluar vacunas; y para aprender más de la Covid-19 y del papel que han tenido los asintomáticos.

El inicio de la tercera semana de confinamiento está siendo dura para el área sanitaria viguesa en cuanto a cifras. Principalmente, por las más dolorosas, las de fallecidos. El Servicio Galego de Saúde comunicó ayer otras ocho muertes -cinco mujeres dos de 83 y otras de 92, 80 y 75 años y tres varón de 92,83 y 69-. Suman catorce muertes en tres días.

Pero esta cifra podría ser mayor, ya que Política Social confirmó cinco fallecidos vinculados a DomusVi Aldán a lo largo del día de ayer, que no se sabe si están todos incluidos en los datos del Sergas. Junto a las cuatro de DomusVi Barreiro, son 9 muertes de usuarios de residencias.

Las cifras de contagios continúan subiendo, pero el lunes lo hicieron a un ritmo más lento que la jornada anterior. Subieron en 62 casos hasta los 928. Es un ascenso del 7%, cuando el domingo fue del 28%. En los hospitales vigueses ya hay más de doscientas personas ingresadas -205, en concreto-. De ellas, 28 están en unidades de críticos. En planta del Álvaro Cunqueiro ya hay 103 y la Dirección sigue despejando velas de hospitalización para darles cobijo tanto a los positivos como a las sospechas. Empezó con dos en la tercera planta; la semana pasada ya habilitó cuatro en la segunda; y ayer preparaba otra en la primera. Con 24 habitaciones cada una, ya son unas 168 que, además, se pueden hacer dobles. Así que son más de 300 camas las reservadas para la Covid-19.