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La incertidumbre económica ya frustra bodas planificadas incluso para el próximo año

Hay restaurantes que devuelven la reserva al considerar justificada la anulación

Boda oficiada por el alcalde con solo dos testigos unas horas antes de decretarse el estado de alarma. // A. Villar

No hay ningún sector, actividad o aspecto básico del día a día que no se haya visto afectado por la crisis del coronavirus. Y las bodas tampoco iban a salir ilesas de una emergencia mundial que se está llevando todo por delante. Para los próximos dos meses, como era de esperar, centenares de parejas se han visto obligadas a aplazar sus enlaces matrimoniales para finales de verano o, sobre todo, el mes de octubre. La prohibición de celebrar ceremonias en iglesias durante el estado de alarma o el no poder realizar banquetes en los restaurantes ha provocado una avalancha de aplazamientos. Pero lo llamativo, además, es que hay ya varias bodas que estaban planificadas para el próximo año en la ciudad y su entorno y que ni siquiera han sido aplazadas, sino que se han cancelado.

Es el caso de Silvia y Nicolás, una pareja viguesa que vive en Suiza y que estaba previsto que se casasen en 2021 en las bodegas Granbazán, en Vilanova de Arousa. La wedding planner viguesa Ledicia Fernández se estaba encargando de organizar el enlace de estos dos enamorados. "Tanto ellos como otra pareja de Vigo que vive en Alemania y que también tenían previsto casarse el próximo año prefieren cancelar todo porque a algunos ya los han echado del trabajo. La gente está muy preocupada por la situación económica en la que quedarán cuando pase esta pandemia. Están muy nerviosos por lo que pueda pasar", explica Ledicia Fernández.

Tanto ella como otras empresas organizadoras de enlaces matrimoniales, no obstante, defienden que lo más razonable ante una situación como la actual es desplazar la boda de fecha o celebrar una ceremonia privada y aplazar el banquete para otro día para así no perder el dinero que se le ha dado en forma de reserva a los restaurantes o al fotógrafo. "Con la cancelación se pueden llegar a perder entre quinientos y seiscientos euros, porque a estas alturas ya tienen todos reservado el banquete, el dj o el fotógrafo", explica Ledicia Fernández.

Los restaurantes y salones, mientras, trabajan contra reloj recolocando banquetes de abril y mayo para finales de verano e intentar cuadrar fechas. El problema, ahora, es que a muchas parejas les está siendo complicado encontrar una nueva fecha porque la mayoría ya están cogidas.

Pese a que, por lo general, ante una cancelación definitiva no devolverían la entrada que los novios dan como anticipo para reservar el banquete, hay alguno que es consciente de la situación extraordinaria actual provocada por el coronavirus. María Davila, trabajadora del Restaurante Marina Davila de Bouzas, considera que la devolución del dinero de la reserva sería "lógica" porque se debería a una "causa mayor".

Mientras, el Concello ya ha tenido que aplazar cuatro bodas previstas para estas próximas semanas desde que se declaró el estado de alarma.

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