La gran mayoría de vigueses han respetado desde el principio las restricciones de salir a la calle para así frenar la expansión del coronavirus. Pero hay una minoría que, dos semanas después de declararse el estado de alarma, sigue resistiéndose a cumplir el confinamiento. Y eso pese a las advertencias de que durante este fin de semana que acaba de concluir los controles se intensificarían, especialmente en las entradas y salidas de la ciudad para evitar posibles traslados a la aldea o a segundas residencias. Los datos que trascendieron de estos días son de la Policía Local: el viernes hubo un descenso, con solo 14 propuestas de sanción, una de las cifras más bajas hasta ahora, pero el sábado se alcanzaron las 56. Y, según fuentes municipales, fueron "interceptados" 115 vehículos.

Desde que entró en vigor el Real Decreto y hasta el pasado jueves entre la Policía Local y Nacional sumaban ya casi 800 denuncias, por lo que, una vez se contabilicen los datos del fin de semana, es probable que la cifra ronde o incluso ya supere la barrera del millar.