Aunque la mayoría de incumplimientos se saldan con sanciones administrativas, en Vigo ya hubo también detenciones por no respetarse las directrices del estado de alarma. Son casos que tienen un plus de gravedad, generalmente porque el infractor no atiende a razones -se niega a identificarse o a regresar a su domicilio- y acaba incurriendo en un delito de desobediencia o resistencia a la autoridad. Una conducta que puede conllevar penas de prisión. En Vigo aún no hubo ninguna condena derivada de esta excepcional situación, pero sí en otros puntos de España e incluso de Galicia: es el caso de un vecino de Vilagarcía sentenciado a 100 días de cárcel por incumplir el confinamiento o el de una mujer de la zona de Betanzos enviada a prisión provisional por salir de su casa sin motivo de forma reiterada y acabar causando lesiones importantes a un guardia civil.

En la ciudad olívica la Policía Nacional detuvo a cuatro personas desde que entró en vigor el Real Decreto. El primer arrestado fue el que hace diez días empujó e intentó golpear con un palo a militares de la Brilat en praza de América. También fue detenida una mujer de un local de masajes: el negocio no podía estar abierto por las medidas impuestas y ella se negaba a cerrarlo. Otro apresamiento fue en la calle Carral, de una persona que estaba paseando a su perro y acabó insultando al policía. Se le atribuyó un delito de atentado. Y el cuarto arresto fue el de una mujer que se enfrentó a los agentes porque tampoco quería regresar a su domicilio.