Para no "dejar a nadie sin atender", y agotadas las plazas previstas en el albergue municipal, en la fundación Santa Cruz y en las pensiones y hostales a los que se había recurrido en los últimos días, el Ayuntamiento abrió finalmente las puertas del pabellón de O Berbés a los sintecho de la ciudad. El recinto -la carta con la que jugaba el gobierno local si los demás recursos se agotaban- tendrá capacidad para alojar a 38 personas sin hogar, veinte de las cuales ya accedieron ayer al atardecer.

"El Ayuntamiento no va a dejar a nadie sin atender, llevamos dos semanas atendiendo a la ciudad, tomando medidas y preocupados por las personas", defendió Abel Caballero, ayer, en una jornada de nuevas medidas contra el Covid-19.

El gobierno local ha dado cobijo a un total de 100 personas. Las que ayer accedieron al pabellón, previo control de identificación, contarán con varias zonas: de pernoctación, de higiene (con duchas y baños) y de comedor, todas previstas para guardar las distancias de seguridad. Estarán atendidos por 20 profesionales de Érguete y Emaus, cuyos servicios sufragará el Concello, y se activará un dispositivo especial en caso de contagios.

El material y los víveres fueron donados por empresas y particulares, a los que el alcalde agradeció expresamente su colaboración. Caballero reveló que, de necesitar nuevas camas, se abriría un segundo pabellón.

El jefe del gobierno vigués también anunció el suspenso del pago de la ocho guarderías municipales y escuelas de música, teatro y danza -todas cerradas- mientras dure la alarma.

En transporte, el gobierno municipal avanzó en importantes novedades. Caballero anunció la prohibición del pago en efectivo en el autobús urbano tan pronto como se implante un sistema de abono rápido mediante tarjeta -para quienes carezcan de PassVigo-, informó de la limitación del 30% en el aforo en los buses y la obligación de acceder y abandonar el vehículos por la puerta trasera.

El servicio, como reveló este diario la semana pasada, atiende a apenas un 10% de los usuarios habituales. En las líneas al Meixoeiro y Cunqueiro, el alcalde informó que había dado instrucción a Vitrasa para fletar un autobús extra a cada frecuencia, además del oruga, para garantizar que se mantiene la distancia de prevención de contagios. "Los propios usuarios cuídense mucho de mantenerla", subrayó Caballero.

Por lo demás, el Ayuntamiento estará vigilante a la hora de que todos los establecimiento de alimentación y comercios autorizados durante la alarma cumplan con la separación entre clientes -"si puede ser de dos metros, mejor", recetó el alcalde- y el aforo máximo permitido, que es de un tercio.

La limpieza y desinfección de calles, mientras, prosigue, con cuatro brigadas de dos personas haciendo al menos dos turnos al día, en buena parte de las zonas céntricas, con afluencia, y de los barrios de la ciudad.