El rápido avance del coronavirus en la ciudad no deja opción al hospital Álvaro Cunqueiro, en el que se vacían plantas para ganar espacio y camas. La UCI 2 se dedicará en exclusiva a personas contagiadas con el objetivo de evitar el colapso ante el repunte de casos: la jornada se cierra con 108 infectados, 24 más que el día anterior. Los empleados de este centro sanitario, ante la falta de mascarillas, optan por elaborarlas en sus casas y denuncian el riesgo que asumen al trabajar sin el material de protección necesario.

La denuncia de los centros de mayores tiene respuesta de la Xunta: anuncia que derivará a residencias con habitaciones vacías y a hoteles a ancianos con coronavirus tras contabilizarse nueve casos -dos en Vigo-. Mientras, familiares se llevan a residentes a casa ante la alarma creada.

La pandemia también deja huella en uno de los pulmones económicos de la urbe olívica, el Puerto: mientras el tráfico de mercancía y la pesca aguantan, la actividad de la terminal Ro-Ro podría reducirse al máximo tras el parón de la producción de PSA.

El lado positivo de esta situación caótica se presenta de la mano de la solidaridad. Multitud de actos honran a vecinos de Vigo: ONG, colectivos sociales y jóvenes acuden a farmacias y supermercados para evitar que los mayores salgan de sus casas y prestan ayudan a los sintecho. A su vez, propietarios avanzan que dejarán de cobrar el alquiler de negocios hasta que reabran y darán facilidades a inquilinos que pierdan su empleo por la crisis.