Como en otros ámbitos, los juzgados ya han empezado a blindarse contra el coronavirus. Por ahora no se suspendieron juicios, pero ya empezaron a celebrarse restringiendo al mínimo la entrada de público y hay salas que plantean hacerlo directamente a puerta cerrada. La preocupación subió ayer varios grados, con tribunales que pusieron mesas a modo de barrera en los accesos a sus oficinas, funcionarios con guantes o medidas como eliminar la firma que se requiere en muchas resoluciones. Nada de compartir bolígrafos. A última hora el juez decano vigués, Germán Serrano, dictaba un acuerdo con una batería de medidas: una de las más importantes, limitar el acceso a los dos edificios únicamente al personal y a los ciudadanos que tengan citación.

En la oficina de atención a las víctimas no se podrán acumular más de dos personas mientras son atendidas, en el Registro Civil la tramitación de expedientes será con cita previa y la atención al público en el mostrador se limitará a tres personas en cada turno y para casos urgentes. Sobre las bodas que hay en los juzgados, siguen, pero con los contrayentes solo irán dos testigos. En el juzgado de guardia no se recogen denuncias presenciales, entregándose a los usuarios un modelo de presentación por escrito; los familiares de fallecidos podrán hacer la gestión vía telefónica y las denuncias de los cuerpos de seguridad llegarán por vía telemática. Desde ayer hay líquido higienizante, pero en alguna sala se quejan de que no los proveen de guantes. Abogados y procuradores que comparten toga son eximidos de usarlas en los juicios.