Pronto se cumplirán cuatro años desde que Carlos Inácio Pinto intentó matar a su joven esposa golpeándola con una maza en un hotel de Vigo. Tras el juicio, la condena contra este millonario portugués fue anulada y se ordenó repetir la vista. Y celebrada de nuevo, la pena de cárcel impuesta ha resultado ser idéntica a la primera: 11 años y 4 meses de prisión por delito de tentativa de asesinato con la agravante de parentesco. Se le imponen además 18 años de alejamiento en relación a la que había sido su mujer y una indemnización para la víctima de 22.000 euros. El tribunal da total credibilidad a lo relatado por la perjudicada y concluye que el acusado la atacó "por sorpresa y por detrás" cuando estaba desprevenida en el baño. "Su intención era matarla, no simplemente causarle lesiones", aseveran los magistrados.

Carlos Inácio lleva en prisión desde los hechos. Lo que la Audiencia Provincial de Pontevedra ve acreditado es que el 2 de mayo de 2016, alojados en ese hotel, cuando la mujer estaba en el baño tras ducharse, él la golpeó con una maza de cantero varias veces en la cabeza, para después cogerla por el cuello para seguir agrediéndola de idéntica manera. En un momento dado, la víctima pudo coger el arma y salir de la habitación hasta el pasillo, donde la auxiliaron empleados del establecimiento que habían escuchado sus gritos.

Alevosía súbita

Pese a que el acusado declaró en el juicio que en realidad él era la víctima, la sala considera que quien dice la verdad es la joven. Junto a su relato, los testigos dijeron que escucharon "gritos de mujer" y que quien tenía lesiones "evidentes" era ella. La encontraron en el pasillo desnuda "y con salpicaduras de sangre". La sala también aprecia alevosía súbita, ya que la afectada fue atacada por sorpresa, cuando estaba despreocupada "echándose crema y de espaldas a su marido". "Literalmente se vio a punto de morir", se señala. Contra esta sentencia todavía cabe recurrir en apelación.