Seis de cada diez trabajadores y alumnos de la UVigo han sufrido acoso verbal en la calle y la mitad han sido víctimas de tocamientos en el culo en algún espacio público. Estas agresiones, junto con los comentarios sobre el físico constituyen una temática preocupante para el 90% de las mujeres de la comunidad universitaria.

Además, el 23% de los encuestados -la mayoría, mujeres- reconocen haber recibido fotos de genitales sin su consentimiento. Y solo entre ellas se refieren experiencias personales de haber sido obligadas a mantener relaciones sexuales sin preservativo -7%- o a practicar sexo oral -3%-.

Los datos forman parte del trabajo sociológico presentado ayer en el campus de Ourense sobre las valoraciones, percepciones e impacto de las políticas de igualdad de la Universidad de Vigo entre sus estudiantes y empleados. Una "radiografía" que aspira a convertirse en una herramienta para futuras políticas y planes estratégicos y que ha sido elaborada a partir de 375 entrevistas presenciales que tuvieron lugar en octubre de 2019.

Las respuestas obtenidas revelan que tanto trabajadores como alumnos consideran que la UVigo es una institución igualitaria y le otorgan la valoración más alta, junto con las asociaciones estudiantiles, frente a los clubes deportivos, los peor considerados por ocho de cada diez miembros de la comunidad universitaria.

También son mal valorados el Ibex 35 y las fuerzas y cuerpos de seguridad (78%), así como los partidos políticos. El 77% cree que la desigualdad en estos colectivos es muy grande o bastante grande, especialmente las mujeres. Y ellas consideran en mayor medida que ellos que la brecha es grande dentro de las organizaciones empresariales y sindicales.

El estudio, realizado por la consultora Red Talento con fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aborda temas actuales como el consentimiento, la conciliación y el techo de cristal, y destapa la existencia de "brechas de género palpables". Pero también de un elevado interés por la formación en igualdad y la participación en convocatorias masivas como las del 8M o las de apoyo a la víctima de La Manada -asisten el 60% de los trabajadores y alumnos-.

Los encuestados, que pertenecen a once facultades y escuelas de los tres campus, tienen un bajo conocimiento sobre las políticas de igualdad de la Universidad -solo el 16% cita o define alguna de ellas-. Sin embargo, la valoración es muy alta y le otorgan una nota media de un 6.

La directora de la Unidad de Igualdad, Águeda Gómez, celebró ayer que la institución sea considerada como un espacio sin brechas de género, y apuntó a que visibilizar la labor que desarrollan es uno de los retos que les marca el estudio, que se toman como "punto de arranque para echarle más ganas".

El informe detecta una "confusión" sobre la definición de violencia de género. En las carreras tecnológicas y científicas, donde solo hay un 18% de alumnas, el 73,5% de los encuestados creen que ésta se ejerce indistintamente entre hombres y mujeres. "No es que sean más machistas", aclaró Laura Seara, de Red Talento, ya que también se recogen de manera general altos porcentajes de rechazo de falsos tópicos sobre la dependencia económica de las víctimas o su bajo nivel formativa.

Eso sí, las mejores definiciones son aportadas por los alumnos de Derecho de Vigo y Ourense y por los de Ciencias de la Educación del campus de As Burgas.

Toda la comunidad universitaria percibe que la conciliación es un tema por resolver y el mayor temor del alumnado -curiosamente, en mayor medida entre los hombres- es tener que dejar su trabajo para cuidar de personas dependientes.

Respecto a los objetivos profesionales, Seara subrayó la existencia de "mucho conservadurismo e incertidumbre" fruto de la "virulenta crisis", ya que la mayoría de estudiantes valoran la estabilidad muy por delante de ejercer responsabilidades o de emprender.

Solo una cuarta parte de la población universitaria quiere dirigir o ser jefe, porcentaje que se reduce al 9% de las mujeres, de las que solo el 4% tienen aspiraciones políticas.