"Galicia quiere seguir trabajando con PSA y quiere seguir siendo un lugar especial para el grupo". El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, trasladó ayer en París al máximo responsable de la multinacional automovilística francesa, Carlos Tavares, el apoyo del Gobierno gallego al desarrollo de los coches eléctricos e híbridos en Vigo y al proyecto de transformación de Balaídos en una fábrica 4.0. Acompañado por el director del Clúster Ibérico de PSA, el vigués Juan Antonio Muñoz Codina, y el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, Feijóo aprovechó la ocasión para postular a la comunidad para acoger una fábrica de baterías para el coche eléctrico de la mano de un socio histórico como es el consorcio francés: "Si España necesita una fábrica de baterías para surtir el futuro del coche eléctrico, queremos preparar nuestra candidatura y estar en este proyecto, así como en cualquier decisión de innovación sobre el coche autónomo y conectado", destacó Feijóo.

El presidente gallego confirmó que en el próximo Consello de la Xunta se aprobará una partida de 5 millones de euros para el desarrollo local de la versión eléctrica del proyecto K9, la nueva generación de vehículos comerciales ligeros de Citroën, Peugeot, Opel y Toyota, como adelantó FARO. El mandatario también allanó el camino para que PSA pueda innovar en Galicia en la hibridación de su gama (tanto K9 como el nuevo todocamino 2008, que tendrán versiones híbridas medias, no enchufables) y para continuar con la transformación de PSA-Vigo en una fábrica 4.0. Feijóo subrayó que PSA "ha cumplido sus compromisos con Galicia", en donde la automoción atraviesa "su mejor momento" tras haber creado unos 5.000 puestos de trabajo gracias a los últimos lanzamientos y que este año, "si el coronavirus lo permite", se batirá el récord histórico de producción de 2007 llegando incluso a los 600.000 coches.

Sobre esto, Muñoz Codina explicó que el grupo está volcado ahora en aprovechar al máximo el potencial de los dos lanzamientos en Vigo (K9 y V20), con cuatro turnos de trabajo por línea, y que "eso es lo que a corto plazo tenemos en la agenda", alejando por ahora la posibilidad de que Balaídos se posicione para acoger un nuevo lanzamiento industrial.

Aunque no aparecía entre los temas de agenda de la visita, Feijóo también planteó la posibilidad de que Galicia pueda acoger una planta de baterías para el coche eléctrico en colaboración con PSA, aunque se trataría de un proyecto a largo plazo ya que no depende solamente de la multinacional francesa. PSA forma parte del consorcio europeo que lideran Francia y Alemania y otros cuatro países para crear una especie de "Airbus de las baterías" y que ya anunció la apertura de dos plantas en suelo galo y germano. España, por falta de previsión, se quedó fuera de esta iniciativa, lo que llevó al Ministerio de Industria a explorar otras vías como la del consorcio asiático EV100, que promueve la construcción de la cuarta fábrica de baterías china en Europa, con una inversión asociada de entre 800 y 1.000 millones de euros, y que todavía no ha decidido ubicación.

Por este proyecto pelean varios gobiernos autonómicos (Aragón, Castilla y León, Extremadura, País Vasco y Cataluña) y desde Galicia presentó su candidatura Vigo de la mano del Concello y el Consorcio de la Zona Franca, ofreciendo terrenos (dentro del propio municipio y en la Plisan) y la experiencia de un territorio altamente especializado tanto en la fabricación de coches gracias al Grupo PSA y componentes como en I+D de la mano del CTAG y otros centros tecnológicos.

Pero el proyecto más avanzado en esta materia es el que encabezan Alemania y Francia, que ya tienen ayudas públicas aprobadas por la Comisión Europea (CE) de 1.250 y 840 millones de euros, respectivamente.También participan Italia (570 millones), Polonia (240), Bélgica (80), Suecia (50) y Finlandia (30). España se quedó fuera. Los siete países aportarán en fondos públicos 3.200 millones de euros pero se espera que la iniciativa privada movilice otros 5.000 millones para la construcción de instalaciones y equipamiento, pero sobre todo para I+D. Por la parte francesa, pilotan el proyecto la firma de baterías Saft (Total) y PSA. Aunque es difícil, la Xunta ve opciones por el vínculo histórico con el grupo de que Galicia pueda acoger una planta si finalmente se decide abrir fábrica en España.