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Los universitarios renuncian al 70% de sus plazas en el Claustro y 8 facultades quedan sin delegados

Los estudiantes, que tienen derecho a 75 representantes, bajan de los 53 elegidos en 2018 a 41 -Solo será necesario votar en dos centros

al Claustro, en 2018. // J. Lores

El desapego de los estudiantes por la política universitaria se acrecienta y renuncian al 70% de las plazas a las que tienen derecho en el Claustro, el máximo órgano de representación y control dentro de la UVigo. Solo se cubrirán 41 de las 75 vacantes en las elecciones convocadas para el próximo 18 de marzo y 8 de las 22 escuelas y facultades de los 3 campus se quedarán sin delegados hasta 2022.

Los representantes de los alumnos son designados cada dos años en lugar de cada cuatro como el resto de colectivos dado que su paso por la universidad tiene lugar en un corto espacio de tiempo. Y en los últimos comicios de 2018, que coincidieron con la elección del rector, ya solo se lograron ocupar 53 plazas.

A las próximas elecciones están convocados 16.450 alumnos de grado y máster y 1.271 de doctorado. Y a falta de que las candidaturas sean proclamadas de forma definitiva el día 11, solo serán decisivas las votaciones en dos centros del campus de Ourense, la Facultad de Derecho y la Escuela de Ingeniería Aeronáutica, donde se han presentado más aspirantes que plazas disponibles.

Como ya ocurrió en 2018, se vuelven a quedar sin ningún representante las facultades de Forestales y de Fisioterapia, en Pontevedra; la de Ciencias Empresariales y Turismo, en Ourense; y la Escuela de Empresariales de Torrecedeira. Y tampoco votarán este año los alumnos de Ciencias del Mar, Biología, Ciencias Jurídicas y del Trabajo e Historia (Ourense) que no cuentan con ninguna candidatura y pierden su actual representación de 1,3,4 y 1 delegados, respectivamente.

En los 13 centros restantes de los tres campus hay tantos aspirantes como plazas disponibles o menos, por lo que tienen garantizada su designación.

El actual equipo rectoral se comprometió en campaña a revitalizar el Claustro y potenciar el debate, y tras las elecciones de abril de 2018 la presencia estudiantil se incrementó ligeramente -pasaron de 48 delegados elegidos en 2016 a 53-. Pero el desinterés y la falta de tiempo libre para formar parte de los órganos de representación siguen constituyendo importantes obstáculos para lograr su implicación.

De hecho, en los nuevos estatutos de la UVigo aprobados el año pasado, el porcentaje en el Claustro se ha reducido del 30 al 25% a propuesta de los propios estudiantes.

Ellos mismos reconocen que motivar a sus compañeros no es una tarea fácil. "Tenemos voz y se consiguen cosas muy importantes para el día a día del alumno. Pero hay un círculo vicioso y en aquellos centros donde ya no existe una delegación activa el estudiante solo se preocupa de ir a clase", reconoce Daniel Couto, claustral y presidente del Consello de Estudiantes.

Por eso también les afecta negativamente la asignación de delegados en función del número de alumnos matriculados. "Hay centros que podrían contar con 5 o 6, pero les corresponden menos. En Teleco, por ejemplo, donde somos muy activos y hay mucha implicación como en Industriales o Minas pasamos de 4 a tener derecho solo a 3. Son desventajas que podrían tenerse en cuenta", plantea.

"Además la UVigo tiene una casuística que favorece el desarraigo de los alumnos. En Santiago, la universidad está dentro de la ciudad y si se convoca una manifestación o una concentración de repente es posible acudir al campus en 5 o 10 minutos. Aquí eso es imposible", añade.

Y también hay que tener en cuenta a los que se desplazan desde Pontevedra y Ourense. La Universidad facilita el traslado y abona los gastos de los claustrales, que tienen derecho a pedir cambios de examen si coinciden con las sesiones: "Yo lo he hecho, pero también es cierto que depende del profesor y de los centros. En nuestra escuela, por ejemplo, en las horas de junta no hay clase para que no haya problemas".

Couto no se presenta a las elecciones al Claustro porque en breve terminará sus estudios, así que tendrá que haber relevo al frente del recién creado Consello de Estudiantes, que se constituyó en junio de 2019 como máximo órgano de coordinación de la representación del alumnado.

"Contar con esta estructura nos pone las cosas más fáciles. Está reconocida en los estatutos y eso cambia la forma de relacionarse con nosotros. Tanto el rector como la vicerrectora de Estudiantes nos tienen en cuenta y hemos avanzado mucho en el nuevo reglamento del alumno. Tenemos la capacidad de hablar en el Claustro y en el Consello de Goberno. El problema se da en aquellos centros donde no hay delegación para dar voz a las injusticias", insiste.

Daniel Couto - Presidente del Consello de Estudiantes

"Tenemos voz y se consiguen cosas, pero donde ya no hay delegación es difícil motivar"

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