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Urbanismo regulará la instalación de ascensores en fachadas de edificios para ganar accesibilidad

La nueva ordenanza arrancará la tramitación la próxima semana -Persigue suprimir las barreras en los bloques más antiguos -En Coia ya se impulsaron los primeros proyectos

Bloques de viviendas residenciales en Coia, uno de los barrios de la ciudad con mayores carencias de accesibilidad. // Alba Villar

En los últimos años la instalación de ascensores en los edificios que carecían de ellos ha sido una constante, como consecuencia del envejecimiento lacerante de la población y de sus nuevas necesidades de accesibilidad. Para las personas que tienen una movilidad reducida, el hecho de tener que enfrentarse a las escaleras para salir o regresar desde la calle significa, en ocasiones, algo similar a vivir aislados en su propia casa. Esa es una situación, por ejemplo, que padecieron -y padecen- muchos vecinos del barrio de Coia. La implantación de los elevadores requiere de su propio espacio dentro de las construcciones, casi siempre sacrificando unos metros de espacios comunes y escaleras. Pero, ¿y si esto no fuera posible? Existe otra alternativa a la que el gobierno municipal le dará próximamente carta de naturaleza: el acoplamiento de los ascensores a las fachadas.

El Consello de la Xerencia de Urbanismo abordará la próxima semana una nueva ordenanza reguladora a este efecto, el pistoletazo de salida a una tramitación en la que se solicitará opinión a los colectivos afectados, mediante consulta pública (20 días). En la actualidad, tanto la legislación estatal como la autonómica permiten llevar a cabo esta medida. Así, la reciente Lei de Rehabilitación gallega establece que "la posibilidad de ocupar las superficies de los espacios libres o de dominio público que resulten indispensables para la instalación de ascensores u otros elementos que garanticen la accesibilidad universal". El Ayuntamiento, con ello, trata de blindar precisamente ese derecho a la movilidad y la "no discriminación de personas con discapacidad" con una normativa que establecerá, una vez sea redactada, las condiciones para instalar las torres exteriores.

Sobre la mesa de la Concejalía de Urbanismo ya existen varias iniciativas de instalación de estos ascensores, la mayoría en Coia, principalmente en la avenida Castelao, pero también en una de las vías paralelas, la calle Marín. Según un estudio del arquitecto técnico Antonio Gómez, solo en barrio había hace dos años un centenar de edificios sin ascensor. En aquel tiempo, una comunidad de vecinos de la calle Salvaterra, 15 encargó un proyecto para convertirse en la primera de Vigo en tener un ascensor exterior, creando un saliente en la fachada de unos tres metros y medio. En su caso, la obra -que incluía cerramiento de ladrillo, como la fachada- rondó un presupuesto de 120.000 euros. Recientemente se instaló otro elevador en una fachada en Travesía de Vigo.

Urbanismo también se espera un pico de licencias en "algunos de los nuevos ámbitos que definimos en la ampliación de las Áreas de Rehabilitación Integral (ARI)". Se trata de zonas con edificaciones que se levantaron entre los años 1940 y 1970 por iniciativa, en una buena parte de los casos, del Instituto Nacional de Vivienda, la Obra Sindical del Hogar u otras empresas de la época. En 2018 el gobierno local propuso la designación de cinco zonas ARI nuevas (más de 2.000 viviendas) en el conjunto de edificios de Fenosa (Travesía de Vigo), en Beiramar, en el entorno de la avenida de Madrid y Emilia Pardo Bazán; los bloques de Espiñeiro y el barrio de A Salgueira. Se sumarían a las ARI ya existentes en el Casco Vello, Coia (calles Marín y Bueu), zona histórica de Bouzas y las casas de Santa Clara de Cabral. Según Urbanismo, en algunos de estos enclaves pueden estar "esperando a tener esta nueva ordenanza para presentar el proyecto".

La administración local colabora con ayudas a la eliminación de las barreras arquitectónicas y la activación de los ascensores. Las subvenciones se dirigen a edificios con más de 20 años, y las cuantías oscilan entre ayudas a fondo perdido de hasta 50.000 euros, con un límite subvencionable de 3.000 euros. Por otro lado, la Xunta anunció nuevas partidas de accesibilidad a viviendas dotadas con tres millones de euros para 2020 y 2021.

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