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Artistas urbanos critican a los vándalos de Churruca: "Creen que la calle es suya"

Defienden que los grafitis deberían reservarse a zonas semiabandonadas de la ciudad y claman: "Es puramente una cuestión de civismo"

Las pintadas y grafitis en Churruca, una de las zonas con más actividad de la ciudad, se cuentan por docenas: portales, mobiliario urbano, persianas de negocios y prácticamente cualquier pared. Incluso las escaleras mecánicas, instaladas por el Concello para relanzar el barrio, han sido víctima de los vándalos. La línea que separa el gamberrismo del arte suele bastante fina, pero en esta ocasión los propios artistas urbanos lo tienen claro. "Yo soy pintor y hago muralismo. Pero hay gente que se cree que la calle es suya, que pueden poner impunemente sus firmas en prácticamente cualquier lugar", lamenta Marcos Míguez Puhinger, uno de los creadores del mural de la calle Roupeiro, junto a Rosalía de Castro.

El de Marcos Míguez es el sentir general de los artistas urbanos de Vigo ante lo que está sucediendo en el entorno de la Plaza de Portugal. Consideran que se trata "de una cuestión de civismo" y que los grafitis son una expresión artística aceptable siempre que se plasmen en lugares abandonados, inmuebles enladrillados o paredes ocultas. El problema, apuntan, es que los vándalos dejan literalmente su firma incluso en edificios particulares y joyas patrimoniales. "He visto pintadas incluso en fuentes. Eso no se puede tolerar ¿Qué necesidad hay? Seguro que hay espacios suficientes para los grafitis. El problema es que esto ya no solo sucede en Vigo, es muy habitual en las grandes ciudades", lamenta Marcos Míguez.

Esta visión también la comparten en otros sectores de la sociedad viguesa. "No es lo mismo arte urbano que vandalismo. El vandalismo no es arte, no tiene sentido, no tiene belleza alguna, es una forma de violencia sin una comunicación social o artística expresada directamente. Hoy asistimos a un asedio de marranería y vandalismo que destruye la imagen pública de nuestro entorno. Hay grafitis vandálicos que lo único que hacen es destrozar el área urbana, haciendo más desagradable la ciudad. El vandalismo mina la propiedad pública, causa contaminación visual y algunos son usados por pandillas para marcar el territorio con símbolos plasmados en edificios, monumentos o mobiliario urbano", explicaba Carlos Núñez, miembro del Instituto de Estudios Vigueses, en un artículo de opinión en FARO.

Todo esto, como no podía ser de otra forma, repercute fundamentalmente en los propios vecinos y residentes que, en el caso de Churruca, se agrava además con los problemas de ruido que sufren los fines de semana a causa de la movida nocturna.

El artista Alberto Ash Santos, creador del mural del parque Camilo José Cela, en Torrecedeira, considera que Churruca "es proclive" a que se produzcan expresiones de este tipo y apunta que "los grafitis siempre van a existir". No obstante, defiende que el Concello debería facilitar espacios para que los artistas urbanos puedan expresarse. Considera que al programa municipal de medianeras, por ejemplo, solo pueden acceder "unos pocos privilegiados" , por lo que se defiende que se el Ayuntamiento debería impulsar más iniciativas para grafiteros y muralistas.

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