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Vigo repara uno de los radares más activos

El Concello repara la cabina que los vándalos destrozaron hace semanas

El radar, esta mañana // Ricardo Grobas

Una de las cabinas de radar fijo que más excesos de velocidad detecta en Vigo y, por lo tanto, más multas pone, vuelve a estar a pleno rendimiento. En la misma semana en la que FARO adelantó que los vándalos la habían destrozado (situación en la que permaneció semanas), el Concello ha actuado de inmediato y desde hoy vuelve a estar activa. Se trata de la cabina de la avenida de Europa, que contabiliza más de 2.000 infracciones anuales (los datos se refieren a 2014, último ejercicio en que el Concello facilitó el balance oficial). Este vial está limitado a 50 km/h. Solo cambiar los dos pequeños cristales tiene un coste de más de 300 euros para las arcas municipales.

Actualmente en Vigo hay activas ocho cabinas de radar. Y no es la primera vez que los vándalos destrozan alguna. La de la avenida de Europa es una de las más dañadas. Pero en años anteriores también sufrieron destrozos otras como la de Castrelos o la de la avenida de Samil. Rompen los cristales y dejan "ciega" la cabina. De hecho, el Concello llegó a valorar la instalación de cámaras de seguridad en 2008 en sus inmediaciones para evitar estos destrozos, pero por el momento no se han instalado.

Casualmente, y como adelantó este periódico, fue precisamente este radar de la avenida de Europa el que sorprendió a un piloto en 2018 circulando a 144 km/h. Un hecho que según la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo le ha acarreado al infractor una sanción económica de 1.440 euros y la pérdida del carné de conducir durante más de un año.

También en este vial, aunque en este caso tras una multa del radar camuflado, el juez de Vigo Juan Carlos Carballal recurrió por primera vez a una medida novedosa en el campo de los excesos de velocidad. Como adelantó este periódico, solicitó a las compañías de telefonía la geolocalización del conductor que había sido sorprendido a 117 km/h tras negar que fuera conduciendo ese día su vehículo. Pese a declarar que en esa jornada estaba en Caldas de Reis, los datos de los repetidores de telefonía lo ubicaban en la zona de la infracción. Tuvo que aceptar más de 1.000 euros de sanción y un año y un día sin carné.

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