La calle del Príncipe se convirtió ayer en una auténtica pasarela. Frente al MARCO, decenas de niños y adultos desfilaron con sus mejores disfraces en el concurso de Carnaval, que ya se ha convertido en una de las grandes citas de estas fiestas. Los participantes lucieron modelos de lo más elaborado. La temática era libre y muchos optaron por representar a superhéroes, personajes fantásticos o protagonistas de películas. No faltó el humor e incluso muchos de los padres que acompañaron a sus hijos lo hicieron también caracterizados. El nivel creativo de los trajes fue altísimo. Al igual que los mayores, los niños podían participar en categoría individual o por equipos.

En la competición individual del concurso de los más pequeños, el más seguido por el público, venció Roque González Batán, que fue disfrazado de un Lego de la famosa serie La Casa de Papel. Se llevó un premio valorado en más de 100 euros. El segundo premio, con 75 euros, fue para Martina Collazo, caracterizada de dragón chino, y el tercero, con 50 euros, se lo llevó Camila Santos, con un disfraz de punky de lo más creativo. Esta pequeña protagonizó uno de los momentos más emotivos, rompiendo a llorar cuando le dieron el premio. El accésit se lo llevó el niño disfrazado de Eduardo Manos Tijeras.

En la categoría grupal el nivel también fue altísimo. Los premiados fueron Las Maléficas, el Policía y un tercer clasificado de lo más original: un pequeño representaba al pintor Van Gogh, y su compañero a sus Girasoles.

El certamen individual de adultos lo ganó Iria Veiga gracias a su disfraz de noticiario andante. En la categoría grupal se lo llevó un disfraz de Mouline Rouge.

Más allá de los participantes en el concurso, el centro de Vigo se llenó ayer de familias enteras caracterizadas. Como Ramón, Julia y su hija Lidia, que se vistieron todos de indios. "Nos encanta el carnaval y Vigo tiene cada vez más tradición. Nunca habíamos visto tanta gente disfrazada por la calle", explicaron antes de dirigirse a la quema del Meco, en Porta do Sol. Otra familia iba disfrazada al completo de Mario Bros y otra, de Los Cazafantasmas.

El Meco, por su parte, fue parcialmente indultado. El Concello decidió quemar únicamente la base, salvando así tanto la bandera de la ciudad, como los monumentos y todos sus símbolos. El principal símbolo, precisamente, rendía homenaje al fenómeno de la Navidad. Y es que la noria gigante presidió un Meco en el que además se podían encontrar otros iconos de la ciudad como el Dinoseto, el estadio de Balaídos, la humanización de Praza América, los nuevos volcanes de Coia o los murales que dan forma al programa artístico de Vigo a todo color.

La lluvia con la que amanecía ayer la ciudad metió el miedo a los fieles del Entroido vigués, pero finalmente las nubes empezaron a desaparecer del cielo y todos los eventos pudieron desarrollarse según lo previsto.