El futuro de la actual estación de autobuses promete un largo enfrentamiento entre el Concello de Vigo y la Xunta de Galicia. Hace unos días el gobierno gallego reclamaba la propiedad de las instalaciones y, por tanto, su autoridad para decidir su uso tras la inauguración de la nueva terminal intermodal. Corina Porro anunciaba un plan "transformador" en esos terrenos. El gobierno local, sin embargo, tiene una visión muy diferente. El alcalde, Abel Caballero, recuerda que la parcela fue cedida por el Ayuntamiento en 1988 a la administración autonómica para la construcción de la estación de buses. "Por tanto, una vez el suelo deje de estar afectado, retorna directamente al Concello", explica el regidor.
Por eso defiende que el futuro de la actual terminal de autocares lo decidirá el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), que está en fase de redacción. "Ya lo estamos discutiendo. La Xunta no decide lo que va a haber en esos terrenos. Lo decide la ciudad", incide el alcalde, que acusa al gobierno gallego de "estar engañando a la gente" y de "mentir en campaña electoral".
El Concello recuerda que fue en el pleno del 7 de septiembre de 1988 cuando se acordó la cesión del suelo a la Xunta para el uso exclusivo de una estación de autobuses. "Ya veremos si se cambia el uso, que aún hay que verlo. Pero se reflejará en el PXOM", advierte Caballero. El valor catastral de la terminal asciende a seis millones de euros, de los cuales 272.000 euros pertenecen a las fincas.
Hasta que se decida el futuro de la parcela, lo que debe hacer la Xunta, en palabras del alcalde, "es tener la estación de autobuses en buenas condiciones, porque en la actualidad se encuentra en un estado lamentable, y depende de la Xunta". Caballero enumera una serie de defectos que se encontró ayer por la mañana en la terminal ubicada en la confluencia de la Avenida de Madrid, Gregorio Espino y Martínez Garrido.
En primer lugar, las pantallas ubicadas en la planta superior que marcan los destinos y las llegadas, estaban apagadas. Esto provoca un efecto cascada: que los viajeros tengan que bajar al piso inferior para estar pendientes de las salidas y llegadas de sus autobuses, en una zona donde no tienen disponibles asientos ni bancos, por lo que están obligados a sentarse o bien en las escaleras mecánicas (ya que además están fuera de servicio) o directamente en el suelo. "No puede ser que nada funcione. Además la cafetería estaba cerrada hoy (por ayer) por la mañana, hay goteras por todas partes... Recibo quejas continuas de usuarios. Lo que pasa es que la señora Porro vino aquí a engañar a la ciudad, y como ni ella ni Feijóo utilizan la estación, pues pasan estas cosas", valora el alcalde.
Vigo es la única ciudad gallega, junto a A Coruña, que tiene pendiente definir el uso de su actual estación de autobuses. El resto de urbes, que verán también cómo serán integradas en sus intermodales, las demolerán para dar cabida a otros proyectos, como residencias geriátricas en el caso de Ourense, o a ampliar otras dotaciones, como ocurrirá con el complejo administrativo de San Caetano de Santiago. En Lugo, por su parte, la Xunta prevé crear una plaza de 6.000 metros cuadrados con un intercambiador y zonas verdes.
Elecciones autonómicas
Fue el 15 de junio de 1989 cuando Vigo dejó de ser la única ciudad gallega que carecía de estación de autobuses tras una inversión de ochocientos millones de las antiguas pesetas. La inauguración se produjo dos días antes de unas elecciones autonómicas. Ahora, se volverán a poner las urnas de forma inminente. A esos comicios también se refiere el alcalde. "¿No se enteraron de que hay elecciones dentro de un mes y medio? Porque puede que no sigan gobernando Galicia. En definitiva, los terrenos no son de ellos, son nuestros, así que ya decidiremos nosotros qué usos le damos mediante el PXOM", insiste el alcalde.
