Uno de los objetivos que persigue la familia desde la reapertura de del caso en noviembre de 2019 es la toma de declaración, también por primera vez en sede judicial, del exnovio de Déborah, al ser uno de los señalados por la policía en sus investigaciones. Su última comparecencia ante la Policía Nacional -nunca declaró en sede judicial ni tampoco estuvo imputado- data del 2010. Siempre negó haber estado aquel día de 2002 con Déborah. Frente a sus alegatos, la Policía estimaba que sus sucesivos testimonios eran "confusos y contradictorios" y que algunas de sus declaraciones "chocaban frontalmente" con las de otras personas, según consta en el atestado de la Operación Arcano desarrollada entre 2009 y 2010.

A mayores, confían en que en próximas jornadas, la magistrada llame como testigos tanto a la madre de la joven, Rosa Neira, como a su prima, "que estaba con ella el día de la desaparición", como informó el padre de Déborah ayer.