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Concello y Xunta chocan en sus planes de futuro para la actual estación de autobuses

A falta de que San Caetano concrete sus ideas, el Ayuntamiento alega ser dueño del suelo: "Veremos si sigue como terminal o con otro uso", avisa - Vigo es, con A Coruña, la única urbe que carece de proyecto

El deterioro acecha al edificio... Otra vez | "Escaleras fuera de servicio, tienen a su disposición dos ascensores. Disculpen las molestias". Con este cartel y una valla amarilla vetando el uso de la escalera mecánica, la estación de autobuses volvía a revivir los episodios de deterioro que consumieron la paciencia de los usuarios hace más de un lustro. Si no bastaba con el ambiente decadente, vuelven las carencias técnicas.

Si todo se desarrolla según lo previsto, falta poco más de un año para que la nueva estación de autobuses de Vigo -empotrada en el complejo de Vialia- haga su debut, en abril de 2021. El edificio, en el que la Xunta habrá invertido una suma de 15 millones de euros, dispondrá de treinta dársenas y tendrá capacidad para captar a dos millones de viajeros al año. Sin embargo, la inminencia de su estreno lleva pareja otra incógnita: ¿y qué ocurrirá, pues, con la actual -y deteriorada- estación de la avenida de Madrid? La pregunta, por lo de pronto, no tiene una respuesta, o al menos no una concreta, pero de entrada ofrece todos los ingredientes para otro roce entre la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento. Mientras la primera, titular del inmueble, envuelve de misterio su propio plan e impulsa el de otras ciudades, el segundo recuerda ser el dueño de los terrenos, y como tal, la única administración con potestad para decidir el rumbo de la infraestructura. Solo Vigo, junto con A Coruña, están a la espera de resolver esta incógnita.

En Praza do Rei lo tienen claro: "El uso de la estación de autobuses lo decide el Ayuntamiento". Y como opciones, solo hay dos: "Ya decidiremos si sigue como terminal o con otro uso". Lo que sí anticipan es que se trata de una "zona de gran importancia en Vigo, porque con la nueva avenida de Madrid y el nuevo Plan, con el Ofimático, tendrá un gran desarrollo". "Debe encajar con el crecimiento de esta zona de Vigo", valoran, confiados en que el resultado de las elecciones del 5-A, con una derrota de Alberto Núñez Feijóo, haga más fluido el diálogo. "Nos entenderemos perfectamente", zanjan.

Casualmente, un viernes 15 de diciembre de 1989, dos días antes de que Manuel Fraga lograra su primera mayoría absoluta, Vigo dejó de ser la única ciudad de Galicia que carecía de una estación de autobuses en condiciones, previa inversión de 800 millones de las antiguas pesetas. A día de hoy, más de treinta años después y en los prolegómenos de otros comicios que llevarán a Feijóo a intentar emular al "león de Vilalba", la Xunta mantiene a Vigo en fase de espera.

De momento, el Gobierno gallego ha venido deslizando desde hace meses que trabaja en una alternativa para cuando los autobuses tengan su punto de referencia en Urzáiz, sin ir más allá. La nueva estación será el contrapunto al estado en que se encuentra hoy el complejo de la confluencias de Gregorio Espino, Martínez Garrido y la avenida de Madrid.

Su aspecto desangelado, el evidente deterioro y el cierre de muchos de sus locales en el interior son la muestra, que sin embargo no restan potencial a los más de 7.000 metros cuadrados (m²) donde se emplaza, y que podrían para aportar un nuevo motor de actividad al área de A Doblada, al tiempo que coge cuerpo la reforma de la avenida de Madrid, cuya licitación está prevista en junio. En 2015 la Xunta invirtió 264.000 euros para resolver algunas de las graves deficiencias del edificio. Algunas, como las nuevas escaleras mecánicas, han vuelto a fallar. Hace meses ya que una de ellas se encuentra inoperativa.

En las ciudades

Entretanto, las dudas sobre el porvenir de la estaciones no asuela a otras capitales de Galicia. Con mayor o menor concreción, en la mayoría ya existe un plan sobre la mesa, y solo A Coruña se asimila a Vigo, en la medida en que tanto Concello como Xunta pugnan por la titularidad de los terrenos. En Pontevedra han arrancado ya las obras para acoplar las dársenas a la intermodal, por 6 millones de euros. En Santiago se demolerá como parte del plan "San Caetano II" para expandir el complejo administrativo de la Xunta, y en Ourense también cederá su sitio para construir una residencia pública con fondos de la Fundación Amancio Ortega. Para Lugo, la Xunta prevé crear un plaza de 6.000 m² con un intercambiador y zonas verdes y en Ferrol, se levantará un edificio de 1.900 m² para alojar, además del tren, 14 dársenas de autobús.

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