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El renacer del Pazo de Marqués de Valladares

El grupo pesquero Interatlantic completará el futuro espacio recreativo con la reforma de un bloque por 116.000 euros

Infografía de la rehabilitación del Pazo . // FdV

La recuperación de una de los tesoros arquitectónicos del Casco Vello se ensancha. Una sociedad inversora ligada al grupo vigués Interatlantic Fish -especializado en la compraventa o trading de pescado- ha recibido luz verde de Urbanismo para incorporar a la rehabilitación del Pazo de Marqués de Valladares, situado en los números 2 y 4 de la calle Oliva (frente al Cambón), un inmueble anexo y redondear con ello la apertura de un espacio recreativo, cultural y de ocio. El edificio adquirido se sitúa en Baixada á Fonte, 4, esquina con la rúa Xuanelo; y según la licencia municipal dispone de una superficie a construir de 225 metros cuadrados (m²). "Es un complemento, entendíamos que era una esquina que deshacía la belleza del palacio y decidimos integrarlo", explica Luis Cabaleiro, CEO de Interatlantic Fish y al frente de Getting Back Stones (GBS), la firma impulsora de la intervención. El presupuesto de la actuación está fijado en el permiso urbanístico en 115.830 euros, aunque la firma asume que podría llegar a los 200.000 euros.

El antiguo palacete -el lugar donde hace 150 años se eligió a José Elduayen diputado en Cortes- será un complejo de más de 4.300 m² de superficie útil al que se destinarán alrededor de 7 millones de euros. Después de que durante años las ruinas fueran su estado habitual, y ya con los carteles colgados que anuncian su nueva vida, se han puesto en marcha los primeros trabajos para reforzar la estructura. "Pronto", anticipa Cabaleiro, la obra se extenderá al nuevo apéndice.

Urbanismo le ha dado el visto bueno a la reforma perfilada por el arquitecto Martín Cominges con el propósito de conservar los acabados exteriores y conectarlo interiormente con el Pazo de la Oliva, como prefieren denominarlo sus impulsores. La remodelación consistirá a grandes rasgos en la eliminación de la cubrición de las puertas de entrada, en la supresión del balcón y en la sustitución de los aluminios por madera. Además, "se deberán resolver las bajantes con un diseño más adecuado", insta el Ayuntamiento. Hasta la fecha el uso de este "complemento" está por definir, pero sus promotores trabajan con la idea de que sea la "sala de máquinas" del caserón, un lugar para alojar el servicio de cocina o un almacén para dar servicio al bloque principal.

Planes de futuro

El grupo pesquero concede al Pazo distintas posibilidades. En un principio utilizará como espacios independientes sus seis plantas. Unas para hostelería y otras, por ejemplo, para celebración de eventos -aprovechando su proximidad con la Colegiata, el Náutico o la Puerta del Sol- sin menoscabo de que puedan producirse "variantes". La estructura desembocaría de forma escalonada en un jardín "amazónico" situado en el patio. Bajo tierra, está contemplado un parking con unas 40 plazas a disposición de los clientes.

La conclusión de las obras apunta a la segunda mitad de 2021. Entre agosto y diciembre, precisa Cabaleiro. "Todo va a depender de lo que nos encontremos, es un edificio singular, con mucha roca y dependerá de lo que nos encontremos en las excavaciones". La trayectoria del edificio recomienda en efecto prudencia. En 2016 una nueva inspección arqueológica en los terrenos tuvo premio: se halló una necrópolis romana con una docena de tumbas de entre los siglos III y IV. A sumar a esta actuación, Interatlantic prevé arrancar este año las obras de restauración del bloque de Areal, 12; otro de los inmuebles de su cartera de "ladrillo". En un principio se destinarán a viviendas.

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