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Un clic y adiós a la comida en la basura

A la espera de la nueva Lei de residuos, llega a Vigo una "app" para adquirir alimentos que sobran en los locales -La urbe genera unas 25 toneladas de desperdicios cada día

Consumir sobras de los restaurantes es también ecologismo.

La comida no se tira. Es una máxima en todos los hogares que madres, padres, abuelos y abuelas se empeñan en grabar a fuego en los pequeños de la casa. Y, cómo no, tienen mucha razón. Y es que el desperdicio de alimentos es un grave problema a nivel mundial: aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye al cambio climático -en el transporte de esos productos y en su descomposición, se genera hasta el 10% de las emisiones mundiales de CO2-. Los datos, tanto a nivel global como local, son preocupantes: cada año, se tiran más de 1.300 millones de toneladas de comida en todo el planeta, lo que supone un tercio de la producción: es decir, se pierden 51 toneladas al segundo. España, con 7,7 millones, es el séptimo país de la Unión Europea que más despilfarra. Y Vigo, la urbe más poblada de la comunidad, aporta más de 9.000 toneladas anuales: 25 al día.

La cuestión no es baladí. Cobra tal relevancia que ya ha sido incluida en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que exige reducir a la mitad el desperdicio de comida y de consumo per cápita a nivel minorista para ese año límite, así como disminuir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. A modo de ejemplo, el traslado de cada kilogramo de productos tan básicos como los huevos, la carne, el pescado, la fruta o el café genera más de 200 gramos de CO2. A ello, hay que sumarle el impacto medioambiental, ya que, cuando tiramos comida, desperdiciamos recursos naturales: el agua utilizada para cultivar y producir esa comida o el terreno empleado -casi el 30% de la tierra agrícola se aprovecha para producir alimentos que, finalmente, no son consumidos-.

La propia Xunta ha abogado por inmiscuirse en esta problemática con la nueva Lei de residuos e solos contaminados, que contempla la obligación de los restaurantes gallegos de entregar los restos de comida a los clientes si estos los solicitan. Por ahora, no ha entrado en vigor, por lo que, de momento, no se aplica. El anteproyecto de la norma fue remitido al Parlamento de Galicia el pasado mes de enero después de haber sido aprobado de forma definitiva en diciembre por el Consello de la Xunta, pero la convocatoria de elecciones autonómicas -fechadas para el próximo 5 de abril-, con la consiguiente disolución de la asamblea legislativa, ha frenado el proceso. Tendrá que ser la próxima cámara la que decida si sale adelante o no esta propuesta del gobierno gallego, que, a su vez, incluye la prohibición de vender platos, vasos, bandejas o cubiertos de plástico para minimizar la contaminación. El objetivo es reducir el impacto de los residuos, poniendo coto al uso de este material y rebajando los desperdicios.

Mientras tanto, las nuevas tecnologías se han instalado en el botón de acelerar para ayudar a los ciudadanos a aportar su grano de arena. Es el caso de la aplicación para teléfonos móviles Too Good To Go -se traduce al español como "Demasiado bueno como para desperdiciarlo" y, en la jerga familiar, se suele emplear la frase "La comida no se tira", que es el lema de esta herramienta-. Nació en Dinamarca en 2016 y, ahora, llega a Vigo año y medio después de aterrizar en Madrid tras conquistar unos 2.700 establecimientos y a más de un millón de usuarios en España. Su finalidad es poner en contacto a clientes con restaurantes, hoteles, panaderías, fruterías o supermercados para evitar que el excedente de alimentos perecederos acabe en el fondo del contenedor. El precio de los productos es siempre un tercio del establecido para el público general; la app se queda con 1 euro, el resto se lo lleva la tienda.

Actualmente, 13 locales de la urbe olívica utilizan este servicio, que se suman a los que ya funcionan en Santiago, A Coruña, Ourense, Lugo, Pontevedra, Lalín y Gondomar. "El objetivo es ayudar a que cualquier comercio pueda luchar contra el desperdicio de alimentos. Estamos consiguiendo que la comida que sobra al final del día no se tire. Hacemos que todas las partes ganen: el establecimiento no pierde el producto y recupera una parte de su inversión; el usuario consigue comida de calidad a precio reducido, es decir, está ahorrando dinero y está comiendo bien. Todo esto es positivo para el medio ambiente: no se producen más emisiones de CO2", anota el responsable de comunicación, Carlos García.

Que no haya servicio a domicilio es otro de los pilares ecológicos en los que se fundamenta esta aplicación, descargada mayoritariamente por usuarias de entre 20 y 40 años. El cliente debe dirigirse al establecimiento a la hora indicada por los vendedores. "Lo hacemos así porque queremos devolver un poco esa cultura de barrio, de promover el comercio local, que la gente conozca y descubra los negocios que tiene a su alrededor y hable con el frutero y el panadero como se hacía anteriormente; y también por la sostenibilidad, para tratar de generar el menor impacto posible", reconoce García.

UNA OPCIÓN PARA AHORRAR


Martín, de 24 años, se beneficia de Too Good To Go desde hace pocos días. Cree que este tipo de aplicaciones ayudan "a concienciar" sobre la importancia de "no tirar la comida" y, a la par, hacen que te decantes por los establecimientos que aparecen en la herramienta, ya que "el producto es más barato y se contribuye a evitar que los alimentos acaben en el contenedor". Verónica, de 25 años, añade la ventaja de que "familias con escasos recursos tengan a su disposición buenos productos a bajo precio". Misma opinión ofrece Eli, madre de tres niños. "Somos cinco en casa y, de esta manera, puedo ahorrar. He probado con una frutería que está cerca de mi casa y me ha sorprendido la cantidad de verduras que se incluyen en el lote", confiesa.

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