Seis meses de prisión y 2.100 euros de multa. Ésta es la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo a un procurador por alterar un documento, simulando que procedía del juzgado, para cobrar 300 euros de honorarios que exigía a un cliente. La jueza concluye que es autor de un delito de falsificación de documento oficial cometido por particular y de otro leve de estafa con la atenuante de reparación del daño. Además, le aplica la suspensión del ejercicio de su profesión de procurador de los tribunales por un plazo de medio año.

La magistrada declara probado que el condenado intervino como procurador en un caso de divorcio que llegó vía recurso a la Audiencia Provincial de Pontevedra. El cliente pagó al gestor del despacho 1.200 euros, lo que incluía la minuta del abogado y del procurador. Pese a ello, indica, el acusado le reclamó posteriormente 300 euros por correo y teléfono. Para cobrarlos, señala, el condenado remitió al perjudicado, en un sobre de un juzgado, un documento que simulaba ser una diligencia judicial en el que requería la cuantía, bajo apercibimiento de embargo. Para ello, añade la jueza, manipuló otro escrito en el que él intervino como procurador. El cliente abonó el dinero, que posteriormente el condenado le restituyó.

El procurador se declaró inocente en el juicio y su abogado pedía la absolución. Contra este fallo aún cabe recurso.