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Así es la lucha de Vigo por "acallar" el ruido

El gobierno municipal abrió 131 expedientes con sanciones económicas de hasta 9.000 euros y ordenó el cierre temporal de dos locales

Terrazas en la Plaza de la Constitición. // M.G. Brea

Sibilinamente, pues no se ve pero se padece, la contaminación acústica va minando la vida cotidiana sin que, al menos a nivel doméstico e individual, se pueda hacer gran cosa por remediarlo. En cambio, sí está en ello el Ayuntamiento. En los últimos años ha seguido atendiendo las quejas de los vecinos por un exceso de bullicio en cafeterías, locales de hostelería, pubs, discotecas... Y ha ido estrechando el cerco a los decibelios cuando estos se pasaban de la raya y la paciencia de los vigueses ya se había consumido. Según datos aportados por la propia administración municipal, desde el año 2011 hasta finales del pasado año ha resuelto un total de 131 expedientes y ha impuesto sanciones económicas por un importe conjunto de casi 230.000 euros. De entre estas, hubo de todo. Multas leves, un toque de atención de 180 o 300 euros, pero también graves: algunas llegaron a alcanzar los 9.000 euros. En el mismo periodo dos locales fueron clausurados algunos meses por sus imprudencias sonoras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo ha advertido: la contaminación acústica no sale gratis. Niveles altos de estrés, irritabilidad, ansiedad, o directamente dificultad para conciliar el sueño y anomalías cardiadacas, forman parte de la amplia paleta de consecuencias contra las que Vigo, en la avanzadilla de los grandes concellos gallegos ante esta batalla, se ha conjurado.

En cuanto a las multas, la primera mitad de la década fue la más intensa. En 2011 se recaudaron 32.730 euros y en 31.937 en 2012. En los años siguientes se tramitaron multas por 18.329 euros en 2013, 35.745 en 2014 -el récord- y 32.029 en 2015. Doce meses después, en 2016, las multas cayeron a 9.808 euros, por los 31.788 de 2017 y los 7.669 de 2018, la cifra más baja del periodo. El año pasado fue el de mayor número de expedientes (18), por una cuantía de 28.419 euros.

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Los dos cierres de locales se produjeron en septiembre de 2015, en un local de la Rúa Gravina (en el entorno de Plaza Portugal) al que se le castigó con echar la persiana durante dos meses, más una multa de 2.000 euros; y en enero de 2012, en un establecimiento de Beiramar, castigado con 7.000 mil euros y siete meses de cese de actividad.

Las zonas de Areal -una de las zonas calientes de la marcha nocturna-,con ocho expedientes; la calle Real, con seis; o Travesía de Vigo, con cinco, son algunas de las más frecuentes en los registros del área municipal de Medio Ambiente.

Buena nota

Un análisis reciente del Consello de Contas acerca de las políticas verdes emprendidas por los concellos de más de 10.000 habitantes, Vigo sobresalía como una de las ciudades más aplicadas a la hora de acallar el ruido indeseado. Por ejemplo, únicamente con A Coruña, Lugo y Pontevedra, además de implantar, junto a Vilagarcía, actividades de fomento de la movilidad sostenible. Además, solo Vigo cuenta con una declaración de zonas acústicamente saturadas (ZAS) -se elaboró en 2008 e incluye sin ir más lejos buena parte de las principales calles del Casco Vello- y comparte con A Coruña el reconocimiento de ser las únicas ciudades con mapas de ruido.

En el Plan de Acción contra el Ruido de 2018 el Ayuntamiento exponía que el tráfico viario era el principal responsable de la contaminación acústica, con un 20,5% de la población expuesta a niveles superiores a 65 dB. En 2021 las previsiones apuntan a que entre 2.500 y 5.000 personas dejarán de padecer niveles de ruido nocturno.

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