Cada vez hay más reclusos de avanzada edad. Las estadísticas de Instituciones Penitenciarias lo evidencian. En casi una década se duplicaron los casos de mayores de 60 años que ingresaron en cárceles españolas tras ser condenados por todo tipo de delitos: de los 1.202 de diciembre de 2011 se pasó a los 2.127 de finales de 2019. Pero, hablando concretamente de nonagenarios, los casos son excepcionales. El pasado verano, por ejemplo, solo había dos reos en toda España que superaban los 90 años, uno de ellos, de 94 y con demencia senil, que acabó en un penal de Soria por un crimen a bastonazos.

Y es que pocos supuestos hay en los que, como el conductor del atropello de A Guarda, los condenados tengan tan elevada edad. Habrá que esperar a ver qué ocurre en este procedimiento. Por el momento no ingresará ya que la sentencia no es firme y será recurrida.

Sin referirse a este caso concreto, en Instituciones Penitenciarias dicen, de forma genérica, que la edad "no exime" de ingresar en la cárcel: "No es cierto eso de que 'si eres mayor no ingresas en prisión". Lo que sí recoge el Código Penal -y el reglamento penitenciario- es la posibilidad de que los penados de 70 o más años o enfermos muy graves accedan a la libertad condicional, pero valorando una serie de criterios y siempre según lo que resuelva el juez.