Después de nueve reuniones, intensas negociaciones y tiras y afloja, PSA Vigo ha conseguido aprobar su nuevo convenio para los trabajadores, que tendrá vigencia durante cuatro años, hasta 2023. El documento salió adelante gracias al único apoyo del sindicato mayoritario (SIT-FSI), que representa al 63% de la plantilla, mientras el resto o bien se mostraron en contra o bien declinaron dar su visto bueno alegando falta de información por parte de la empresa. Las condiciones aprobadas son las mismas que las del documento que también salió adelante ayer en la fábrica de Madrid.

En materia de empleo, el convenio plasma el compromiso de firmar 1.050 nuevos contratos estables. Concretamente, 350 serán indefinidos, 350 pasarán de tiempo parcial a completo y otros 350 plantean la retirada de la cláusula de variabilidad. La dirección de Balaídos apunta que estas cifras suponen "casi el triple" que las del convenio anterior. Los trabajadores verán incrementados su retribución fija un promedio del 3,18% en 2020, mientras que en los próximos tres años la empresa establece una cláusula de garantía que, si se cumple, permitirá realizar quinientas promociones profesionales anuales como mínimo y lograr determinadas mejoras salariales. La condición es que los vehículos vendidos anualmente por el grupo en Europa superen los quince millones.

Por otro lado, la empresa permitirá a los trabajadores cobrar las pagas extras de forma prorrateadas en doce meses y dispone una prima variable no sujeta a objetivos. También habrá una nueva prima Bonus Calidad ligada a la consecución de los objetivos de calidad en España y que se definen anualmente con un valor lineal de 140 euros brutos.

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La jornada laboral se ha fijado en 1.705 horas anuales, con una bolsa de horas específica para tiempos parciales en turnos de día y con una mejor remuneración los sábados "para reforzar la voluntariedad", con un incremento del 25% respecto a la hora ordinaria.

Por otro lado, los trabajadores de Montaje tendrán un minuto más de pausa, se aplicará un esquema de rotaciones y se comprometen movilidades a otros talleres desde Montaje en función de la antigüedad. Los fondos de ayudas sociales y de estudios estarán dotados con más de 500.000 euros y se mejoran las licencias por enfermedad grave.

La CIG se ha mostrado muy crítica con la propuesta de la empresa, tachándola de "un insulto al esfuerzo y el sacrificio de los trabajadores a lo largo de estos cuatro años" al considerar que se incumplen los compromisos de caducidad y vigencia "de medidas de precariedad y flexibilidad conseguidos bajo otros condicionantes industriales y económicos". CCOO, por su parte, también mostró su rechazo a este nuevo convenio al considerar que "no recupera el terreno del anterior convenio" y estar en desacuerdo respecto a los principales artículos del nuevo documento.

El sindicato CUT denunció que no pudieron revistar todas las actas de las reuniones y que la empresa no le ha facilitado toda la documentación necesaria. "Por eso estamos estudiando impugnar todo el proceso", explica el representante de CUT, Víctor Mariño. UGT, por su parte, no ha fijado su posición.

PSA Vigo defiende que el convenio firmado "permite alcanzar un punto de equilibrio razonable entre la legítima demanda de los sindicatos para mejorar las condiciones de la plantilla y las necesidades de la empresa para seguir siendo competitiva".