El vicerrector sale al paso de las críticas a la gestión económica de la Universidad lanzadas por el exvicegerente Francisco López Corrales en FARO y defiende la salud de sus arcas. Explica que el déficit deriva del éxito de los investigadores y niega una futura amenaza de intervención.
-¿Tiene la UVigo un déficit acumulado de 6 millones de euros desde 2015 hasta 2018?
-Es cierto. Cuando me incorporo al vicerrectorado en julio de 2018 quise saber realmente cómo estaban las cosas después de 20 años de gobierno de Alternativa Universitaria y si esa cifra se corresponde a un déficit contable o estructural, que sería lo grave. Cuando un investigador capta un proyecto de la UE el ministerio nos ingresa el 80% pero, debido al plan general de contabilidad pública por el que nos regimos las universidades, lo tenemos que ingresar como activo financiero en el capítulo 8, que no computa en déficit ni superávit. Sin embargo, el gasto que cada año va haciendo el investigador va al capítulo 6, que sí computa. Y no podemos reconocer el derecho de la Universidad hasta que el ministerio certifica a Bruselas ese gasto 3, 4 o 5 años después. Ésta es la explicación técnica al desajuste contable.
-¿Volverá a haber déficit en 2019?
-La Universidad ha pagado 2,6 millones de la deuda del IBI que tenía con el Concello porque había sentencias. El anterior equipo decidió no hacerlo, pero apartó cada año el importe del recibo y ahora hemos utilizado ese remanente. Pues a efectos de 2019 y con las normas de contabilidad nacional esto va a suponer un déficit. Otro ejemplo, el año pasado conseguimos 3,7 millones del ministerio para infraestructuras de investigación. Hicimos el gasto, pero no nos lo ingresarán hasta 2020. Y pudimos hacerlo porque tenemos una situación económico financiera y un remanente de tesorería que muchísimas universidades, entre otras las gallegas, no tienen.
Cuando le pedí al exvicegerente económico un estudio para determinar si el déficit era contable o estructural elaboró un informe intachable sobre la estabilidad presupuestaria y financiera que concluye que la Universidad cumple con todas las reglas fiscales. Se envío a la Xunta en mayo de 2019 y pedimos una reunión con Intervención Xeral y Orzamentos para explicar a qué se debían los desajustes.
-¿Y cuál fue la respuesta de la Xunta?
-Ya se había publicado el déficit y el exvicegerente elaboró el obligado plan de equilibrio financiero. Pero detecté importantes incoherencias, entre otras, que no incorporaba nuestras políticas de recursos humanos para los siguientes años. Así que elaboramos otro y la Xunta lo aprobó sin ninguna salvedad. Y, como consecuencia, nos autorizó la oferta de empleo público y masa salarial adicional. En noviembre de 2019, la interventora xeral nos requirió la estimación de cierre de ese año, que está en torno a los 1,5 millones en negativo, y también la dio por buena. Y nos han vuelto a aprobar oferta de empleo y masa salarial. Que la Xunta dé el visto bueno es la mejor garantía de que estamos haciendo las cosas de la manera correcta. Si no contabilizamos los 3,7 millones de infraestructuras y los 2,6 del IBI, que hemos podido gastar gracias a una situación económica tan boyante, hubiéramos cerrado con 5 millones en positivo.
-Por tanto, ¿no hay riesgo de intervención?
-En 2019 podemos tener un déficit pero la Xunta ya sabe las razones. Pero incluso si fuese estructural, el Gobierno gallego no interviene ninguna administración pública por un déficit de un año, los economistas sabemos que lo óptimo es tener equilibrio a lo largo del ciclo. La UVigo tiene superávit corriente ininterrumpido desde 2012, excepto en 2018 debido a que hubo elecciones a mitad de mandato. Son hechos contrastables.
-¿No es posible contabilizar los proyectos europeos de otra manera?
-A raíz del informe que elaboró el exvicegerente nos pusimos en contacto con la Xunta porque no puede ser que la captación de fondos europeos, que implica la calidad y eficiencia de los investigadores, penalice a efectos contables. Y gracias a esta colaboración, el ministerio va a enviar en tiempo real los ingresos a partir de 2018 y por tanto ya no se producirán esos desajustes.
-Defienden la gestión económica del anterior equipo.
-Una cosa es criticar sus políticas económicas de gasto, porque algunas fueron perniciosas en términos de eficiencia. Pero me siento muy cómodo defendiendo que hemos heredado una universidad saneada y solvente. Y eso es lo que ahora nos permite poner en marcha las políticas que queremos. Si todo este déficit fuese estructural nuestro margen de maniobra sería nulo o reducido.
-La CIG ha preguntado por este déficit en los órganos de gobierno, ¿hay suficiente transparencia?
-Se dieron explicaciones en Consello de Goberno y Consello Social. Es muy fácil generar alarma con este tema, pero nadie habla del superávit que también vendrá de manera contable. La gente se pone nerviosa y pregunta si podremos pagar nóminas. Podemos garantizar que muy pocas universidades españolas tienen la situación saneada y solvente de esta universidad. Por eso llaman la atención las críticas de una persona que ha trabajado dentro de la casa. Yo doy hechos contrastables y reales. Por cierto, en el último ranking de transparencia, Vigo está en el top 5 de las universidades españolas.
-El exvicegerente también critica ineficiencias en los servicios y la gestión de algunos jefes.
-Una institución con 2.000 trabajadores y 20.000 alumnos tiene que tener ineficiencias, pero no por la incompetencia del personal sino por los problemas que genera la gestión de 195 millones de euros. Somos una de las pocas universidades españolas, también Santiago, que desde junio tenemos una contabilidad analítica, que será una herramienta muy potente para elaborar futuros presupuestos. Y ha sido posible gracias a la alta capacitación y profesionalidad del personal de los servicios del área económica y de sus jefes. Es solo un ejemplo. El personal de mi gabinete y los servicios trabajamos codo con codo. La responsabilidad última es mía, pero me apoyo en ellos. Aquí se trabaja en equipo y no contar con su asesoramiento cualificado sería un gravísimo error. Las declaraciones del exvicegerente, además de descalificar al personal de manera injusta, no están a la altura de lo que un alto cargo requería. Yo quiero una universidad que tenga unos investigadores a la vanguardia que capten proyectos y tengan contacto con las empresas porque eso es bueno para el entorno socioeconómico de Vigo y Galicia. Esto va a generar problemas siempre, pero hay que adaptarse.
-¿Se abusa de la contratación de asesores externos?
-Gastamos del orden de 10.000 euros sobre 195 millones de presupuesto en asesoramiento sobre temas que no dominamos al 100% como puede ser el IVA. Y hemos ganado pleitos a la Agencia Tributaria.
-¿Son realistas los presupuestos de 2020?
-Es una de las cosas que la Xunta vigila. El plan de financiación autonómica acaba este año, los ingresos son más o menos los mismos y para sostener nuestras nuevas políticas tenemos que reducir gastos que no generan valor a la Universidad. Y seguiremos buscando la eficiencia.
