Las tiendas de venta y reparación de bicicletas ya están experimentando los beneficios de contar con un carril bici en la urbe. Trabajadores de estos establecimientos tienen claro que el uso de este medio de transporte será cada vez mayor no solo por la existencia de una vía exclusiva para circular, sino también por el elevado precio del combustible y la dificultad de encontrar sitio para aparcar un turismo en cualquier lugar de la metrópolis. Constatan un aumento en la demanda de bicicletas y patinetes eléctricos: justifican esta tendencia en la creciente voluntad de los vigueses de acudir a sus puestos de trabajo en alternativas más baratas y sostenibles. El presidente de la asociación A Golpe de Pedal está convencido de que la introducción de estos vehículos posibilitará un bum de usuarios de la nueva senda, ya que, con esta opción, "las cuestas serían totalmente subsanables".

Suárez apunta, además, la necesidad de dar "facilidades" a los ciudadanos, que no están acostumbrados a este tipo de movilidad: cree que deberían instalarse más aparcamientos para bicicletas e incluso poner en marcha un servicio de alquiler de estos aparatos. "Daría un valor añadido y permitiría cambiar de opinión a la gente que se queja de la falta de espacio en casa para guardar una bicicleta, que es la elección más eficaz: te lleva de punto a punto de una forma más rápida, saludable, ecológica y segura. No tienes que invertir tiempo en ir a buscar el coche, estacionarlo, esperar por el autobús? es eficiencia pura", explica.