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El carril bici tropieza con el mal tiempo

Las lluvias constantes y la todavía escasa extensión construida impiden el despegue de la infraestructura

Antonio Montero y José Manuel Suárez, de A Golpe de Pedal, junto a un usuario de la senda verde. // A.V.

Es una de las apuestas de movilidad más ambiciosas y reúne todas las características indispensables para convertir a Vigo en un enclave más sostenible. Sin embargo, el tren de borrascas que azota Galicia desde hace varios meses junto a la todavía escasa extensión construida del carril imposibilitan la eclosión

Por ahora, ya son una realidad los tramos que discurren por los jardines de la avenida de Castelao (1,5 km inaugurados el pasado septiembre) y por Camelias y Venezuela (2,6 km abiertos desde diciembre). Las obras para rematar los restantes, paradas desde finales del pasado mes de noviembre por el comienzo de la campaña de Navidad, aún no se han retomado y, según informan fuentes municipales, no hay fecha para la vuelta de los operarios al trabajo.

FARO se sube a la bici para recorrer el tramo del carril urbano de Vigo

FARO se sube a la bici para recorrer el tramo del carril urbano de Vigo

FARO se sube a la bici para recorrer el tramo del carril urbano de Vigo. // Marta Clavero

Esta confluencia de circunstancias ha provocado que la senda no haya sido empleada por más personas. Aunque todavía no se echa mano de un método de medición que ofrezca información exacta para conocer la cifra de adeptos que circulan sobre estas nuevas carreteras, desde el Concello confirman que su utilización "es muy apreciable y va a seguir en progresión", ya que "su crecimiento es constante". "En cualquier caso, se visualizan más patinetes que bicicletas", añaden. Misma línea dibuja José Manuel Suárez, presidente de una de las entidades impulsoras de esta potente construcción, A Golpe de Pedal: "Con el buen tiempo, veremos a más gente. Hará la ciudad más amable y más moderna. Es una opción extremadamente segura para todos los actores de la urbe: ciclistas, conductores y peatones. Hay que esperar a que esté completamente ejecutada. Que no esté acabada es fundamental para explicar por qué no se frecuenta más".

Un proceso "lento"

José Manuel Suárez destaca que el objetivo final del carril es "cambiar el reparto modal" mediante la reducción de la cifra de vehículos en la metrópolis gallega para, así, "devolver el espacio público a sus dueños: los ciudadanos". Defiende que es un proceso "lento", pero "totalmente factible" con las "políticas adecuadas y una buena infraestructura como la actual", algo que se ha comprobado "en otras localidades que también han pasado por esta misma fase". "Le pido a la gente que tenga paciencia", comenta.

Recorremos sobre el asfalto los 10 kilómetros del nuevo carril bici de Vigo

Recorremos sobre el asfalto los 10 kilómetros del nuevo carril bici de Vigo

Recorremos sobre el asfalto los 10 kilómetros del nuevo carril bici de Vigo. // Marta Clavero

"Cuando se completen los 10 kilómetros, se unan con la Vía Verde, como está proyectado en la calle Mestre Chané y en la avenida de Buenos Aires, entre en funcionamiento el nuevo carril bici de Beiramar y se potencie la intermodalidad y el uso de los elementos del proyecto Vigo Vertical, estamos seguros de que esta infraestructura será un auténtico éxito, tanto en número de usuarios ciclistas como de patinetes eléctricos. Hará de Vigo un sitio más inclusivo, equitativo y sostenible. No debemos olvidar que es la primera vez que se implanta en toda la historia de la urbe", resalta el presidente de la asociación.

En todo caso, este experto subraya que el carril bici "ya forma parte del paisaje urbano", por lo que los vigueses "necesitan tiempo para visualizarlo y familiarizarse con él". Para ello, cree que es importante que la administración local promueva "campañas a favor del uso de la bicicleta" y elabore una normativa municipal al respecto. A su vez, insta a las empresas a que fomenten el empleo de este tipo de transporte "con pequeños incentivos económicos a aquellos empleados que acudan diariamente a su puesto de trabajo en ella dejando su vehículo privado en casa, con la consiguiente reducción de la huella de carbono". "Es un planteamiento que se está realizando en numerosas metrópolis de toda Europa", asevera.

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