La organización de O Marisquiño puede estar tranquila: dispondrá del entorno del Náutico para su prueba estrella, el "Dirt Jump". El riesgo a que esta acrobática competición ciclista no pudiera celebrarse al emplazamiento que viene utilizando desde hace nueve años ante la necesidad de las empresas de transporte de acceder a los muelles comerciales para embarcar piezas gigantescas ha desaparecido por completo. Por imposición de la Autoridad Portuaria, a los operadores de estos transportes especiales no les quedará más remedio el próximo agosto que recurrir a otros muelles como alternativa o bien retrasar los embarques de las voluminosas piezas. "Si han podido hacerlo durante todos estos años podrán un año más", indicó ayer el presidente del Puerto, Enrique López Veiga.
A la cúpula de Praza da Estrela le ha bastado una semana para tomar una decisión que califica de "firme ya". Tanto es así que a última hora de ayer tenía previsto contactar directamente con los organizadores del festival para comunicarles que cuenten con la aprobación del permiso para la ocupación de los terrenos del paseo de As Avenidas, cuyo plazo expiraba el próximo 5 de febrero.
La falta de respuesta a la petición para hacer uso de este ámbito de la fachada marítima había provocado el enésimo desencuentro entre la dirección del festival y la portuaria. Pero el verdadero motivo del silencio de Praza da Estrela no era otro que la advertencia de empresas logísticas del grave prejuicio para su competitividad ante la previsión para casi todo el mes de agosto de un número considerable de transportes especiales, de esos habituales que transitan de noche por el paseo en dirección a los muelles de carga general pasando por detrás del edificio de la Xunta. Por el tono de estos operadores parecía poco menos que imposible prescindir de este céntrico acceso durante las tres semanas que lo ocupa el festival -contando los preparativos de la estructura y la celebración-, de ahí que el Puerto llegase a plantear el traslado de la vistosa prueba del Dirt Jump a la zona de la noria.
Esta propuesta fue rechazada de inmediato aumentando aún más la indignación de los organizadores del multitudinario evento, hartos de tanto obstáculo administrativo que deben sortear, en especial, desde que ocurrió el fatídico accidente de 2018. Y todo indicaba que el desarrollo de la acrobática competición frente la Náutico estaba en el aire hasta el pasado viernes, cuando a preguntas de este periódico, Enrique López Veiga se comprometió a buscar una solución. Eso sí, subrayando que cualquiera que fuese nunca podría perjudicar la actividad de la industria metalúrgica del área viguesa, principal constructor de esas gigantescas piezas que portan los transportes especiales que circulan por As Avenidas.
Después de una sucesión de llamadas y reuniones mantenidas en los últimos días con asociaciones representativas de los operadores logísticos, entre ellas, Logidigal, el problema ha quedado resuelto. "No hemos encontrado oposición a facilitar la celebración del festival, así que si se pudieron apañar durante todos estos años, no creo que haya mayor inconveniente en que eviten este acceso un año más", argumenta el presidente.
A los transportes especiales que coincidan en las fechas de O Marisquiño, el Puerto les ofrecerá de alternativa el muelle de Reparaciones de Bouzas. "Y si nos les sirve tendrán que retrasarlo", zanja el presidente. Esta disposición a facilitar al máximo la organización del popular festival afecta incluso a los planes de la propia institución al contar ya con retrasar las obras de reforma de As Avenidas al menos en esta zona del paseo. Antes de este festival tiene lugar en este entorno el Vigo Sea Fest, por lo que en principio este evento debiera beneficiarse igualmente de la demora intencionada de la remodelación. En cualquier caso, las facilidades de la Autoridad Portuaria tienen fecha de caducidad. "En 2021 sí habrá que reconsiderar muchos aspectos de la ubicación aquí de estos festivales", visa Veiga.
