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Tráfico planea estrechar el cerco a la velocidad en Rande con un radar de tramo en todo el puente

El uso del veloláser en el viaducto arrojó una media de 80 sanciones diarias

Puente de Rande, que soporta a diario miles de vehículos en ruta por la AP-9. // José Lores

La DGT está dispuesta a estrechar el cerco a los excesos de velocidad en el área. Si ya en el cinturón de autopistas, autovías y carreteras nacionales que envuelven a la ciudad es conocida la frecuencia de los controlescinturón, ahora podrían ser incluso más si prosperara el planteamiento de Tráfico de instalar un radar de tramo en el Puente de Rande. La medida está llamada a poner coto a los excesos en el viaducto, actualmente limitado a 80 kilómetros/hora. Pero también, vendría a formar una suerte de cadena con el que a día de hoy es el único cinemómetro de estas características instalado en la provincia. Se trata del implantado en los túneles de Candeán y A Madroa (AP-9). Un sistema activado el 20 de octubre de 2018 en una distancia total de 5,4 kilómetros que vela, en sentido descendente -y pese a la pronunciada inclinación-, por el cumplimiento del límite de 100 km/h.

Así pues, si los planes de la Dirección General de Tráfico cobraran forma, apenas mediaría distancia entre uno y otro radar. Los vigueses, los vecinos del área y los usuarios de la AP-9 en general se verían abocados a extremar las precauciones en un punto que es además un hervidero habitual de tráfico. Desde que Rande estrenó sus alas hace algo más de dos años, el viaducto no ha hecho más que incrementar sus registros. Y 2019 no fue una excepción. El balance anual se cerró con una media de 59.800 vehículos diarios (el viaducto tiene una capacidad máxima de 90.000). Suponen 1.900 más que en el ejercicio anterior. La mejor cifra desde 2008.

En la infraestructura, de hecho, ya no es la primera vez que Tráfico 'caza' a los infractores. En septiembre se disparó el revuelo entre los conductores al comprobar la presencia del veloláser; un radar portátil de última generación, prácticamente imposible de avistar al volante. Según ha podido conocer FARO desde entonces su uso en ambas direcciones (en intervalos frecuentes de dos horas, ya fuera en picos de alta intensidad, en franjas valle o por la noche) arrojó una media de 80 multas diarias. También es habitual que el Pegasus, el helicóptero de la DGT, surque los cielos de la Ría y centre sus focos en el puente para supervisar la circulación y detectar posibles imprudencias.

En la actualidad hay otros ocho radares de tramo instalados en Galicia. Dos de ellos en la AP-9. según los datos actualizados de la DGT. Cuatro se hallan en A Coruña (en la AG-35, en la AG-64. en el tramo de acceso a Ferrol de la AP-9 y en la N-550), tres en Lugo (todos en la A-8) y uno en Ourense (N-525). El sistema reconoce la matrícula del vehículo y calibra el tiempo que tarda cada uno en recorrer la distancia entre dos puntos. Si la fórmula arroja un exceso de velocidad, se impone una sanción. Por otro lado, Vigo y su entorno ya cuenta con una tupida red de controles fijos su alrededor. De los 21 que figuran en la provincia de Pontevedra, más de la mitad están activos en el área metropolitana. En total suman trece. Uno en la A-52 (junto al túnel de A Cañiza), seis en la A-55 (entre Vigo, Mos, O Porriño y Tui), dos en la AP-9 (uno de ellos el de tramo de Candeán), otros dos en la AP-9V (en el tramo urbano de la autopista) y uno en la N-550 (el de Os Valos). La suma alcanzaría los trece, contando el radar de la N-120 a la altura de Ponteareas.

Si se traza la comparación con la red de autopistas estatales, la AP-9 destaca también por ser una de las que mayores radares fijos concentra.

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