Más asaltos en viviendas unifamiliares de las afueras de Vigo y en la localidad limítrofe de Redondela frente a una situación más tranquila en lo que se refiere a pisos ubicados en el casco urbano de la ciudad olívica. La Policía Nacional ha detectado un repunte de robos en chalés y casas de las parroquias viguesas, motivo por el que mantienen un servicio especial de vigilancia destinado a prevenir este tipo de delincuencia. Precisamente, diferentes parroquias de la urbe, junto a otros municipios del sur pontevedrés, fueron el claro objetivo de la banda itinerante albanesa capturada en diciembre. Pasaron por alto los edificios y el centro de la urbe. Y, con esta organización ya fuera de juego, "últimamente", según confirmaron fuentes policiales, se han seguido sucediendo robos en los "exteriores" de la ciudad. El último ocurrió esta misma semana. En su huida, los ladrones abandonaron en una zona forestal de San Miguel de Oia la caja fuerte que arrancaron de una vivienda no demasiado lejana de allí y de la que también se llevaron joyas.
Entre enero y septiembre de 2019, según la estadística de criminalidad del Ministerio del Interior, en el municipio vigués se registraron un total de 218 robos en domicilios, lo que supone una media de cinco cada semana. Habrá que esperar a los datos del último trimestre para conocer el total anual y saber si este repunte detectado en las parroquias, junto al paso de la activa banda albanesa detenida a finales de año, eleva mucho la cifra. Porque lo cierto es que hasta septiembre ese número de asaltos en viviendas se constituía como el más bajo de los últimos cuatro años. En 2018, en el mismo período, la cifra de robos ya se situaba en 285, un 30% mas que un año después.
Igual que ocurre en otras zonas de Galicia y del resto de España, Vigo sufre cíclicamente el paso de bandas itinerantes extranjeras como la albanesa recientemente desarticulada a la que se atribuyen medio centenar de asaltos, al menos 17 de ellos en distintas parroquias de Vigo y de Redondela.
El modus operandi de este tipo de organizaciones delictivas que se mueven por distintos puntos del territorio nacional dejando tras de sí una oleada de asaltos consiste en actuar en franjas del día en las que saben que no hay nadie en casa, haciéndose con dinero, joyas y otros efectos de valor que después pueden vender fácilmente.
Fuentes judiciales apuntaban ayer que en los últimos casos instruidos en Vigo detectan que son bandas que huyen de la violencia hacia las personas. Quizá por una cuestión tan práctica y simple como el hecho de que, en caso de acabar siendo capturados, no enfrentarse a delitos graves que disparen su condena y, por tanto, su estancia en prisión. "Lo que buscan es quedarse en un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada", afirman. Y no es inusual que, en su estrategia para dificultar la labor policial, hagan gala de distintas identidades y nacionalidades con documentación falsa.
