La información publicada por FARO la semana pasada alertando sobre la progresiva aparición de trampas con veneno para perros en el paseo de Coia ha causado una importante alarma social en el barrio vigués. Los residentes continúan paseando a sus mascotas por la avenida de Castelao (epicentro de las intoxicaciones), pero ya no las suelen dejar sueltas. Las llevan con correa para poder controlar a qué se acercan o qué se llevan a la boca y evitar así que ingieran cebos con raticida. Pero los vecinos del mayor barrio residencial de la ciudad han decidido no quedarse con los brazos cruzados. En los últimos días varias personas que viven en el entorno de la avenida de Castelao han comenzado a salir a la calle de forma espontánea a diferentes horas para intentar "cazar" in fraganti a los responsables de las trampas venenosas. La idea también es encontrar esos cebos tóxicos, en muchas ocasiones disfrazados de comida, para retirarlos de las calles.
Estas espontáneas vigilancias de los vecinos han derivado en patrullas ciudadanas más organizadas. Especialmente a través de las redes sociales, los residentes acuerdan a qué horas saldrán a la calle y qué zonas se cubren. El objetivo es abarcar el máximo tiempo y terreno posible para poner fin a un problema que lleva afectando al barrio ya varios meses. El principal inconveniente, sin embargo, lo apunta la presidenta de la asociación de vecinos Cristo de la Victoria de Coia, Marisol Polo: "El problema es que colocan el veneno por la noche y eso hace más complicado coger a esos desalmados con las manos en la masa". La representante vecinal, que está a cargo además de un animal de compañía, lamenta que en el barrio "hay muchos desnortados enemigos de las mascotas" y alerta de la presencia de veneno en diferentes zonas, no solo en la avenida de Castelao. Apunta al parque de A Bouza como otra de los lugares donde suele haber cebos venenosos para perros.
José Costas, presidente de la asociación de vecinos Camiño Vello de Coia, hace un llamamiento para que los dueños de perros que encuentren veneno avisen inmediatamente a la policía. "Muchas personas vienen a quejarse de esto a la asociación en lugar de avisar a las autoridades. Por ejemplo, hace unos días, una mujer me contó que habían muerto cinco perros por ingerir una salchicha con alfileres dentro. Yo no puedo hacer nada, tiene que ir a la policía", explica José Costas.
La proliferación de trampas venenosas preocupa a los vecinos, que avisan además de que no solo pueden ser las mascotas las perjudicadas, sino también niños pequeños. Y es que el paseo de la avenida de Castelao es uno de los preferidos por los padres para pasar el tiempo con sus hijos. "No quiero ni pensar que un niño pueda ser envenenado", clama el presidente de la asociación vecinal Camiño Vello.
