El viejo cargadero de mineral de Rande ha vuelto a mostrar signos de cómo su mal estado puede suponer un riesgo no solo para quienes se atreven a recorrerlo sino también para los que lo bordean desde el mar. Desde este miércoles el Puerto de Vigo ha reforzado la vigilancia sobre este enclave después de que se desprendiese uno de los puntos de amarre que hace más de 40 años usaban los buques habituales en su hoy maltrecha línea de atraque. Se trata de una boya de 4 metros de alto y 14 toneladas de peso que estaba anclada al fondo con una cadena de 20 metros.