Todo empezó con la compra de un teléfono móvil. Un internauta vio el anuncio en Wallapop y contactó con el autor de la oferta, facilitándole una foto suya y el DNI para garantizar la transacción. Pero poco se podía imaginar este hombre el calvario que le iba a deparar su interés por ese teléfono. Lo de menos fue que nunca llegase a recibir el terminal. Porque lo peor es que el vendedor, en realidad un activo estafador, usó sus datos personales para, a partir de ese momento, hacerse pasar por él en internet y, con la complicidad de su novia, dedicarse a ofertar la venta fraudulenta de distintos productos. ¿Las consecuencias? La que realmente solo era una víctima acabó acusado de delitos de estafa en procedimiento judiciales en varios puntos de España y hasta se vio obligado a cambiar su nombre de usuario en las redes sociales: otros perjudicados, creyendo que él era el timador, lo insultaban y le exigían por este medio la devolución del dinero.
Este caso que se remonta a 2017 estaba señalado ayer para juicio en el Juzgado de lo Penal 2 de Vigo, aunque finalmente la vista se suspendió. La causa se sigue contra el estafador que se hizo pasar por el perjudicado, A.F.M., y la que al menos al tiempo de los hechos era su compañera sentimental, C.P.F., ambos con historial delictivo a sus espaldas, porque desde 2018 ya fueron condenados al menos cuatro veces por estafa. En este juicio en Vigo se sentarán en el banquillo acusados de delito de uso fraudulento de documento de identidad auténtico, por el que afrontan seis meses de prisión, multa de 1.080 euros e indemnizar a la víctima en la cantidad que acredite por los perjuicios que sufrió a raíz de que suplantasen su identidad: entre esas cuantías están las minutas de los abogados que defendieron al hombre en los procedimientos judiciales en los que acabó encausado por unos timos que él no cometió.
Un teléfono móvil
Todo comenzó el 23 de agosto de 2017. Ese día el perjudicado contactó a través de Wallapop con A.F.M. interesado en un teléfono. Le dio una foto y el DNI, pero el acusado no le entregó finalmente el móvil al negarse, según la Fiscalía, a aceptar el pago contrareembolso.
Cuenta bancaria
Fue entonces cuando el encausado y su pareja empezaron a cometer estafas online. Él, para no ser descubierto, se hizo pasar por la víctima de este caso, usando para ello su documento de identidad. Para los pagos por los productos que ofrecían fraudulentamente proporcionaron los datos de la cuenta de la que era titular la mujer.
Lo cierto es que, cuando los timos empezaron a ser denunciados, el hombre del que habían usado su identidad se vio inmerso en causas judiciales en distintos lugares de España imputado por estafa. Aunque le designaron abogados de oficio para defenderse, le denegaron el beneficio de la justicia gratuita. Junto a ser acusado de fraudes en los que no tenía nada que ver, se encontró con que debía pagar los honorarios de todos esos letrados. Y la pesadilla no solo fue judicial. También se extendió a las redes sociales, donde comenzó a recibir insultos, como "ladrón" y "estafador", de personas que no conocía y que le pedían, ignorando que él no era el culpable, el dinero defraudado.
Un caso muy similar a este lo sufrió hace unos años una estudiante viguesa, engañada a través de internet y cuya identidad también fue usada para timos online.
