La fábrica de Vigo de Citroën (hoy Grupo PSA) y por extensión, la propia ciudad, están en deuda con este madrileño que como muchos otros foráneos que han recalado en Galicia se quedó en esta tierra para hacerla prosperar como si fuera la suya. Ayer falleció en Madrid a los 86 años de edad Luis Zapatero González, durante muchos años director de la factoría de Balaídos y director general industrial de Citroën, un histórico de la automoción gallega que logró apuntalar la actividad del centro en épocas de intensa crisis como la reconversión industrial y convertirlo en lo que es hoy: la primera planta de la multinacional francesa y todo un referente mundial.

Zapatero (Madrid, 1934) forma parte de esa estirpe de ingenieros del ICAI que puso las bases de poderosa industria española de automoción en unos años en los que el país no tenía ni experiencia ni dispositivo industrial. Su carrera se inició en 1954 en la factoría madrileña de Pegaso y en 1959 -apenas un año después de que la planta de Vigo iniciase oficialmente su actividad- fue fichado por Citroën Hispania para participar en el proyecto de la primera fábrica de la marca francesa en España, que en aquellos primeros tiempos ya tenía una vocación claramente exportadora con modelos como las AZU (una versión furgoneta del 2CV), con destino a Marruecos.

"Cuando entré en la nave de As Avenidas había 107 trabajadores; al año siguiente, en Balaídos, ya éramos 300", recordaba el propio Zapatero en una entrevista con este periódico en 1998, justo después de su jubilación. Entre los veteranos del sector hay consenso de que Zapatero, "un vigués más", ha sido uno de los grandes impulsores de la factoría de Vigo en tiempos muy convulsos para la economía y la paz social como fueron las décadas de los setenta y los ochenta, recordando que durante las huelgas del metal en plena reconversión la multinacional gala llegó a amenazar seriamente con trasladar el centro a otros países, entre ellos, de nuevo Marruecos. Zapatero fue precisamente uno de los primeros directores de Balaídos "vigueses".

La planta gallega estuvo dirigida siempre por franceses desde su inicio (1958) hasta 1967. Ese año se hizo cargo el ingeniero y piloto de aviación militar Juan María Pombo Angulo, que permaneció en el cargo hasta 1974 cuando fue sustituido por Luis Zapatero, quien llevaría las riendas de Balaídos hasta 1984. Entre 1984 y 1986 el centro volvió a manos francesas, hasta que en ese último año Zapatero fue nombrado director general industrial de Citroën en Madrid, con la fábrica de Vigo a su cargo. En el periodo de Zapatero como director general (entre 1986 y 1998), la factoría tuvo como responsables a Javier Riera Nieves y Paulino Alonso, otros dos históricos de la automoción viguesa, sobre todo Riera, el director que más tiempo aguantó en el cargo (hasta 2006) e impulsor de la actual estructura del sector, con un clúster y un centro tecnológico.

En su etapa en Vigo, Zapatero asistió en primera persona al gran crecimiento de Balaídos, como la ampliación de la nave de Montaje. En su relato en 1998 a FARO reconocía que el peor momento de la fábrica se vivió con las huelgas de 1972: "En aquel momento había movimientos que eran más políticos que sociales y la huelga de ese año en Vigo era muy difícil de entender en Francia. Les decían, ¿cómo quieren destruir lo que están creando?, ¿qué va a pasar, no podremos seguir teniendo confianza en ustedes?". También por aquel entonces, Zapatero reconocía que el éxito posterior de Balaídos radicaba en su flexibilidad laboral: "Cualquier centro tarda tres veces más en adaptarse a una nueva situación que la fábrica viguesa".

Aunque tras su jubilación de Citroën volvió a Madrid para centrarse en el negocio de los vinos, Zapatero nunca dejó del todo la comarca de Vigo -muy conocidos son sus paseos por O Viso, en A Ramallosa-, donde ayer allegados y amigos lamentaban el fallecimiento de este ingeniero del ICAI que lo dio todo para que PSA sea hoy lo que es.