A principios de 2017, el párroco de la concatedral de Santa María de Vigo y la Cofradía del Cristo de la Victoria -con el apoyo de la Diócesis de Tui-Vigo, Concello y Diputación- iniciaban el trabajo de campo para lograr que el templo reconstruido a principios del siglo XIX ascienda de rango y sea declarado basílica. Tres años después, esta decisión ya se encuentra única y exclusivamente en manos del Vaticano. La Conferencia Episcopal ya recibió toda la documentación relativa a la Colegiata así como las obras para su adecuación y ahora solo queda "esperar", tal y como indica su sacerdote Moisés Alonso, a la decisión de Roma, de la que prefiere no ponerse plazos. "Solo nos queda confiar en que pueda ser a lo largo de este año, la esperanza es lo último que se pierde", añade.
El sprint final a todo este proceso llegó a finales del año pasado, cuando se dieron por terminadas las obras en el interior de la iglesia necesarias para que la propuesta a la declaración de basílica prosperase. Concretamente, y tras recibir el visto bueno de la Dirección Xeral de Patrimonio a finales de marzo, la concatedral inició las tareas de reforma de su presbiterio, espacio de gran ornamentación que precede al altar mayor. "Está entregado ya toda la documentación. La Conferencia Episcopal ya lo tiene todo para mandar directamente a Roma. Ahora solo nos queda la esperanza. Está todo en regla. Patrimonio vino a revisar las obras para ver que estaba todo correcto. La documentación que hemos entregado recoge la petición, las obras que se hicieron? todo lo que se pedía junto a documentación gráfica", aclara el párroco de la Colegiata.
Desde el Obispado también confirman el curso de esta petición concretando a mayores que parte de las obras discurrieron sobre la localización de la sede del Obispo así como el ambón -lugar donde se proclaman las lecturas-. A mayores de esta reciente remodelación, el templo del Casco Vello vigués ganó en los últimos años nuevas ornamentaciones que magnificaron todavía más su lustre como fue la colocación la réplica de su tímpano -única pieza que se conserva del edificio original del 1814- y la mejora del órgano y su recuperación por el Concello.
Esta calificación de basílica otorgaría a la concatedral un estatus superior avalado en su momento tanto por los propios vecinos como por comerciantes y hosteleros de la parroquia viguesa así como por el propio alcalde Abel Caballero.
Actualmente esta distinción solo recae en otros seis templos en Galicia. Lidera la lista de los que la ostentan la Catedral de Santiago de Compostela. Cuenta con este rango ya desde su consagración, en 1211, con la presencia de Alfonso IX. La de Lugo es la provincia que presume de un mayor número de basílicas. Una de ellas es la sede episcopal de la diócesis de Lugo, la catedral de Santa María, también declarada Patrimonio de la Humanidad en 2015. Otra lucense es la catedral basílica Nuestra Señora de la Asunción, en Mondoñedo, apodada como la "arrodillada", por su escasa altura. También de la diócesis de Mondoñedo y Ferrol es la de San Martín de Mondoñedo, en Foz, que recibió, al igual que la Catedral de Ourense, los honores de Basílica Menor. Por último, en la provincia de Pontevedra luce este título la Real Basílica de Santa María la Mayor.
