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Las obras del Xeral pisan el acelerador

-La Xunta ha invertido ya unos 24 millones para acabar la Ciudad de la Justicia en verano de 2020 -Hasta 200 operarios trabajan en la fase más compleja: la estructura y la fachada del mítico "Pirulí"

El "Pirulí" ha recuperado el blanco original de la fachada; en la imagen, parte superior de la torre. // Lores

Fue primero la Residencia Almirante Vierna, luego el Hospital Xeral y va camino de convertirse en la Ciudad de la Justicia. Pero para el imaginario colectivo e histórico de Vigo ha sido, es, y seguramente continúe siendo el Pirulí. Un emblema que ahora resurge. Casi sesenta años después de que Franco inaugurara el que por entonces era el segundo rascacielos más alto de España -75 metros y 18 plantas, solo por detrás de la Torre Madrid-, un plantel de 170 operarios trabaja a destajo para devolverle un papel protagonista en el mapa de la ciudad, ya como sede de 35 unidades judiciales. El último plazo fijado por la Xunta para culminar la rehabilitación del viejo hospital es el 31 de agosto de 2020. Y de momento, según datos proporcionados por la Consellería de Presidencia, al proyecto ya se le ha dedicado más de un 60% del presupuesto. Unos 24 millones, si se tienen en cuenta los 40 a los que se elevó la financiación tras constatar el deterioro de parte de la estructura.

Los trabajos que está afrontando la constructora San José, la adjudicataria de las obras, son algunos de los más complejos del proyecto. Afectan al refuerzo estructural de los 325 pilares de la torre mediante la inyección, a través de 50.000 perforaciones, de hierro y hormigón. A comienzos de este año, cuando ya había avanzado el derribo de los 14.000 metros cuadrados de los laterales y la reconstrucción, se constató que las cuatro "alas" de la planta en H del inmueble presentaban un deterioro evidente, resultado de las ampliaciones del hospital efectuadas en los años 70 y 80. Los cambios sobre la marcha obligaron a incrementar el presupuesto inicial en 10 millones y a retrasar seis meses más el plazo de entrega. En los Orzamentos de 2020 se ha consignado una partida de 15,7 millones.

Superado ese bache, y tras obtener, en junio, la luz verde del Ayuntamiento a los cambios (que ganaban 5.000 m² a la estructura), la ejecución también se centra ahora en la fachada. Es otra de las etapas fundamentales. En concreto se seguirá aplicando el acabado exterior y el acristalado de los muros cortina "siempre que la meteorología lo permite", como matizan en la Xunta. FARO ya relató recientemente el extremo cuidado con que los operarios completan la instalación de 300 de los 700 ventanales de la torre, dado el riesgo de rachas de viento huracanadas en el interior.

A día de hoy, el "Pirulí" asoma algunas pinceladas de su aspecto original: una mole blanca, despojada de parte de los edificios anexos que como consecuencia de las ampliaciones del Xeral constreñían su imponente presencia. Blanca, como lucía en sus inicios, después de la retirada de los 5.900 metros de placas de cobre que llegaron a colorear de un tono verduzco su fachada.

Además, la reforma continuará con el apeo de la torre para lograr una ampliación de la superficie en la planta 0 (principal) y con la cimentación del aparcamiento, el paso previo a la implantación de los forjados en unos 12.000 m². Del mismo modo, de manera inminente se actuará en los "núcleos de comunicación vertical" de la torre: la médula en la que se situarán 8 ascensores y una escalera.

El ritmo de la reforma es constante para poder ajustarse al máximo al calendario previsto. Al pie de obra operan una media de 170 trabajadores con picos cercanos a los 200. Y en el entorno de Pizarro se pueden ver alguna de las tres autogrúas desplegadas para dar soporte a las actuaciones en la torre. Si se cumple lo previsto, no serán las únicas. A mediados de enero se instalará una grúa de 90 metros de altura y 75 metros de pluma, que superará la altura de la propia construcción. El equipo técnico se completa con dos excavadoras de 40 toneladas, y otras tres unidades menores.

Todo para devolver al "Pirulí" a la vida activa, de la mano de los diseños del arquitecto vigués Alfonso Penela: el encargado de modernizar el proyecto original de Martín José Marcide. Además de albergar las 35 unidades judiciales -y reservar espacio para 22 más, si fuese necesario-, acogerá usos administrativos y una guardería en las plantas inferiores. También incluirá dependencias para la Policía o el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).

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