Las vacaciones de Navidad son fechas en las que todos los niños piensan en olvidarse de los estudios y en las que quieren dedicar su tiempo solo a divertirse. Vigolandia se ideó, hace 17 años, para que los sueños de los menores vigueses se cumplieran y pudiesen jugar durante cuatro días en una superficie de 22.000 metros cuadrados. El salón ubicado en el Instituto Ferial de Vigo (Ifevi) abrió ayer sus puertas, en horario de 16.00 a 20.00 horas, con una amplia variedad de actividades. A partir de hoy y hasta el 30 de diciembre, se puede acceder al recinto desde las 12.00 hasta las 20.00 horas.

Los hinchables de grandes dimensiones son los protagonistas del recinto, así como la tirolina, la pista de obstáculos de 140 metros, los desafíos de wipe-out de 50 metros, el deslizador de 30 metros con tobogán, el puente tibetano de 40 metros o los talleres de cocina y maquillaje. También hay juegos de mesa para pasar un buen rato en familia y actividades como la organizada por la Policía Local para transmitir la importancia de la seguridad vial a los más pequeños de la casa.

Tras cruzar la puerta del ferial, una discoteca móvil daba ayer la bienvenida a los menores. Algunos se paraban a bailar al ritmo de las canciones que pinchaba el disyóquey, otros jugaban en las mesas y el resto hacía cola para subir en las diversas atracciones. "Ya vinimos el año pasado y está muy bien, lo que más le gusta a Mateo son los hinchables y los pasatiempos", afirmaba José mientras jugaba con su hijo al dominó.

Los niños y niñas pueden acceder al recinto a partir de los 3 años, aunque en algunas atracciones se requiere de más edad. "Mi hija va a cumplir cuatro años y las colchonetas están un poco limitadas porque en las que tienen toboganes no le dejan entrar, para su edad hay pocas cosas", aseguraba Antonio mientras observaba junto a su hijo Pablo el taller de cocina.

Aunque para la mayoría era su primera vez en el ferial, Patricia lleva 11 años acudiendo a Vigolandia junto a sus hijos y los amigos de estos. "Para pasar la tarde está muy bien, pero cada vez hay más hinchables, menos atracciones y se redujo el número de talleres de cocina, cada año está más vacío", lamentaba durante un descanso para que sus hijos bebieran agua.

Muchos niños solo acuden un día al recinto debido a la disponibilidad de sus padres, la afluencia de gente o por el precio "elevado" de las entradas. "Solo vendremos un día porque es un poco caro. Cobran lo mismo a los padres, que no podemos montar en nada", criticaba Arturo mientras esperaba a que sus hijas se montasen en la tirolina. En la misma línea emitía su queja Antonio: "Los padres tienen que pagar 5 euros, cuando lo único que hacen es mirar parar los niños".

Patricia tampoco repetirá su visita durante esta décimo séptima edición. "No vendremos más días y siempre aprovechamos el primero porque hay poca gente. Si no es una locura, sobre todo, para ellos, que también se desesperan en las colas", detallaba.

Dentro de las actividades de Vigolandia también está incluida la solidaridad y los asistentes disponen de un punto específico para donar juguetes y alimentos no perecederos. Asimismo, ha regresado el certamen de pintura, dedicado este año a las luces navideñas de la ciudad. Alumnos de varios colegios realizaron dibujos que serán expuestos en una galería digital que permanecerá accesible durante el evento.

Hasta el 30 de diciembre, el Ifevi se convertirá en el paraíso de los niños y niñas vigueses y en una alternativa para conciliar y disfrutar de las vacaciones de Navidad divirtiéndose y jugando todos juntos en familia y con amigos.