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El galeón de Rande que gana batallas para el patrimonio

La campaña para localizar al "Nuestra Señora de los Remedios" obtiene la protección legal para todos los naufragios españoles

El equipo humano del Proyecto Cíes, en la proa del "Neptuno". A la izq., sonografía del punto de interés realizada por el "Tofiño".

La primera campaña española de arqueología profunda se desarrolló casi de incógnito el pasado julio al suroeste de la isla de San Martiño. A pesar de que el buque de la Armada Neptuno estuvo fondeado frente a Baiona durante cuatro días, como reveló FARO, su tripulación y los responsables del Proyecto Cíes pudieron trabajar alejados de curiosos en la búsqueda del galeón Nuestra Señora de los Remedios, naufragado el 6 de noviembre de 1702 con sus bodegas casi vacías y cuyo pecio se atribuyó erróneamente durante décadas al Santo Cristo de Maracaibo.

"Nuestro trabajo está realizado. El objetivo era la localización y estamos satisfechos porque los resultados son buenos . Hemos hecho todo lo posible y no se podría conseguir más información. Este proyecto demuestra que España puede y debe ocuparse de los naufragios profundos y abre las puertas a nuevas investigaciones de este patrimonio, que es muy vasto y se supone que no debería estar saqueado", destaca Yago Abilleira, promotor del Proyecto Cíes.

El investigador naval relata cómo se gestó la iniciativa y la colaboración con la Armada en un artículo que publica la Revista General de Marina en su número de diciembre. "Nos quedamos impresionados por su buen hacer, los conocimientos que tienen sus profesionales y las bases de datos que manejan. Nos ayudaron muchísimo a encajar los datos históricos en el mar y a encarrilar todo el trabajo", reconoce.

Los "ratones de biblioteca" del Proyecto Cíes, apunta Abilleira de forma divertida, descubrieron claves en la documentación facilitada por la Armada que sus "lobos de mar" descifraron después de la manera correcta: "A ellos no se les había ocurrido buscar la información en las fuentes a las que nosotros acudimos, pero la interpretaron correctamente y nos ayudaron a completar el rompecabezas".

También tuvieron acceso a los datos del sónar de barrido lateral obtenidos por el buque hidrográfico de la Armada Tofiño en junio de 2018. Meses después, Abilleira y sus compañeros utilizaron un magnetómetro sumergible y en la campaña del Neptuno, que tiene base en Cartagena, volvieron a recurrir al sónar y también lanzaron un robot submarino (ROV).

El investigador subraya que las características del "punto de interés especial" localizado a casi 100 metros de profundidad al sur de Cíes son similares a las reveladas por Sténuit y Potter sobre el lugar en el que hallaron una polea de madera en los años 50. Y, más recientemente, a las que trascendieron extraoficialmente sobre las operaciones del buque John Lethbridge en 2007 y que motivaron que la Guardia Civil llegase a subir a bordo.

"No podemos asegurar que los tres puntos son el mismo porque ellos no dijeron dónde habían estado, pero las características coinciden", apunta el experto.

El manto de lodo y el gran aparejo de pesca similar a un trasmallo que cubren el pecio hacen muy compleja su excavación, que además tendría un elevado coste. "En estos momentos, España no tiene tecnología para ello. Además del fango, los buzos no pueden bajar a tanta profundidad y hay grandes corrientes en la zona. Y no se podría tirar de la red para retirarla, sino que habría que cortarla en pedazos. Sí hay empresas que pueden hacerlo como Odyssey, que bajó hasta el Mercedes en Portugal y sacó cañones, pero también es verdad que no tenía redes encima. En el futuro es posible que los costes se abaraten y el Estado pueda asumir una operación así", comenta Abilleira.

Además de fijar las coordenadas del pecio, que tiene "muchas posibilidades" de ser el Nuestra Señora de los Remedios, el Proyecto Cíes también ha conseguido importantes logros en el ámbito legal para todo el patrimonio sumergido español.

La Asesoría Jurídica del Cuartel General de la Armada ha concluido que el galeón, aunque fue apresado -se hundió mientras era escoltado por el buque británico HMS Monmouth-, nunca fue declarado "buena presa" por ningún tribunal. Y, por lo tanto, no perdió el pabellón español en ningún momento.

La Asesoría también ha determinado que todos los buques de la Flota de Indias son de Estado, por lo que quedan protegidos todos los naufragios españoles ocurridos en aguas de todo el mundo.

"Ambas decisiones nos sorprendieron positivamente y las consecuencias son impresionantes. Todos los galeones hundidos pertenecen a España y ya existe una base legal para poder ir a litigios internacionales si fuese preciso", celebra.

El equipo del Proyecto Cíes lo completan los arqueólogos Ramón Patiño, Xurxo Constela y David Fernández, junto con el investigador Christopher Gait, la conservadora Diana Blanco y el colaborador David Silvestre. Y a la campaña del Neptuno también se sumaron expertos de la dirección xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta.

Vigilado por la Armada

"La experiencia en el buque fue genial, nos trataron como uno más desde el primer momento, sin distinciones. Fueron muy hospitalarios", agradece Yago Abilleira.

Toda la información del proyecto ya está en manos de la Xunta, la Armada y el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) de Cartagena. Y además la posición del pecio está monitorizada, por lo que cualquier maniobra extraña en la zona sería detectada por la institución militar.

"Lo bonito sería que nuestro trabajo continuase con otros proyectos. En Galicia hay muchos hundimientos en aguas profundas, desde barcos romanos a galeones y submarinos alemanes de la II Guerra Mundial", expresa Abilleira. Como ejemplos, cita los naufragios en 1870 y 1882 de los buques británicos HMS Captain y Douro, este último "saqueado" y todavía sin localizar, además de un avión cargado de oro abatido por los nazis. "Queda mucho por investigar", concluye.

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