Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La ciudad, monopolio de la vivienda usada: absorbe casi el 100% de las compras

Solo se firmaron 82 operaciones de obra nueva hasta septiembre -La venta por casi 1 millón de un bloque en el Casco Vello, último ejemplo

Fachada del edificio histórico recién adquirido, en la calle Real. // A. Villar

"Hay movimiento", es una de las frases que con más frecuencia se escucha entre las bambalinas del sector inmobiliario vigués. Es casi como un termómetro que constata lo bien que se está recuperando el ladrillo, tras sus años más aciagos: en el plano general, con el estallido de la burbuja que lo golpeó sobremanera, y también en lo local, con la caída del PXOM de 2008 por sentencia judicial. Sin embargo, ese despegue tiene una particularidad. La materia prima sobre la que se asienta no es la obra nueva -la ordenación provisional apenas ha cumplido unos meses en vigor-. Son los edificios históricos y la vivienda usada los que seducen a las familias con ahorros, espantadas de los bajos intereses que perciben en las entidades bancarias, y con acento especial a los inversores, que revisten bloques antiguos con proyectos innovadores para obtener, si no en el mercado residencial, una rentabilidad en la hostelería o en la creación de oficinas.

De este tendencia dan buena cuenta los datos de transacciones inmobiliarias que trimestralmente ausculta el Ministerio de Fomento. El último con cifras disponibles, el que oscila entre julio y septiembre de este 2019, es un buen reflejo: de las 523 operaciones de compraventa formalizadas, 503 sellaron el cambio de manos de una vivienda usada, lo que arroja un porcentaje de tintes monopolísticos: el 96%. Así ocurrió también de abril a mayo, con 612 ventas de activos usados sobre el total de 634; y lo mismo en el arranque del año, de enero a marzo: 524 respecto al montante conjunto de 566. Visto desde otra persectiva, hasta el pasado septiembre, de las 1.723 transacciones detectadas por Fomento, solo 82 tuvieron como protagonista una vivienda a estrenar. No llega ni al 5%. La línea se asemeja mucho a la recogida en los años previos de 2018 (94%) y 2017 (91%).

Y sin recurrir a las cifras, basta con levantar la mirada por algunos de los corazones del centro urbano de Vigo para comprobar el tirón inversor que tienen su punto de mira la rehabilitación de bloques antiguos. El pasado martes FARO publicó el despliegue de un fondo de inversión, Seagull, en el mercado, con la rehabilitación de un edificio de Jenaro de la Fuente en la calle Uruguay para 14 viviendas.

Pero el último caso se encuentra en el 8 de la calle Real, donde una firma inversora ha adquirido por casi un millón de euros un edificio de piedra del año 1900, con 1.492 metros cuadrados (m²) de superficie construida, sobre una parcela de 372 m². El interior, a reformar, consta de 16 habitaciones y 8 baños. El inmueble, cuya fachada trasera goza de una panorámica hacia la Ría, suscitó el interés de hasta 60 inversores. No solo vigueses. Algunos procedentes de Madrid, Barcelona o hasta Palencia.

También en la búsqueda de un inversor está David Otero, propietario del edificio Stella Príncipe, una de las últimas rehabilitaciones del kilómetro cero comercial de la ciudad. Por lo pronto, firmas textiles, de hostelería y cosmética se han interesado por instalarse en el inmueble (a razón de 12.000 euros el arrendamiento), pero su promotor, no descarta segregar en varias estancias. Según sus planes, quien recale en el proyecto tendrá que asentarse por un periodo estable, no menor a cinco años.

Compartir el artículo

stats