Además de la recogida de vestigios y análisis de muestras, las forenses del Imelga de Vigo también tuvieron contacto o entrevistas con César Adrio hasta en dos ocasiones, en las que el acusado dio muestras de una realidad muy diferente. "El primer reconocimiento psicológico respondía a su capacidad procesal, se le realizó a los pocos días de la detención y lo encontramos muy enfadado por las circunstancias; en la segunda entrevista ya estaba mucho más tranquilo por su aclimatación en prisión", reveló una de las forenses.

Este informe retrató también el carácter y discurso que profesaba el acusado. "Tenía un discurso ordenado que lo iba modulando según sus intereses. [...] Se trata de una persona muy fría y con poca resonancia afectiva. Por la contra, sí cuenta con mucho control o autocontrol en sus respuestas", dice.

Esta carencia de efusividad fue constatada también el mismo día del asesinato de la joven, concretamente cuando es citado para personarse en comisaría. Dos de los testigos, un matrimonio de la misma empresa que encausado y víctima, se encontraron a César en la comisaría de Vigo. Al dirigirse a él diciéndole lo sucedido, la reacción de Adrio les sorprendió. "¡Qué movidón!", les contestó. Lo que vieron fue "sorpresa fingida". También hablaron sobre su gesto y proceder los policías que tuvieron contacto con él ese día: "Ni preguntó el motivo por el que lo citábamos; y ya en sede policial estaba frío, nada le sorprendía, ni sentía ni padecía".

Sobre su tentativa de suicidio -con nota manuscrita de disculpa incluida-, las médicas afirman que carece de intencionalidad real. "Cuando te quieres suicidar te cortas las muñecas, no los brazos. Fue un acto de carácter instrumental, sin intención suicida", revelan. Así, presentaba "muchos" cortes pero "poco profundos" y sin afectación en los vasos importantes.

En cuando a los agentes de la Brigada Local de Inspección Ocular, sobre el acusado destacan el tamaño de sus uñas, "excesivamente" cortas. "No podían cortarse más sin hacerse daño. Además, tampoco era de mordérselas, estaban bien cortadas y redondeadas", aprecian.

Estos mismos policías acudieron al escenario del crimen la madrugada del 17 de diciembre de hace tres años. La chica fue hallada al fondo del portal bajo un charco de sangre, boca a bajo y la cabeza ladeada. En cuanto a las gotas de sangre halladas desde la puerta de entrada hasta el cadáver, son "por goteo, no es del cuerpo, sino las que caen del cuchillo al caminar, por ejemplo, y desde poca altura", esgrime la agente. En el pomo de la puerta del portal también se hallaron manchas de sangre de la víctima.