La epidemia de gripe todavía no ha llegado a Vigo y su entorno. En las últimas semanas, pese a que ha habido ya casos, la incidencia es considerablemente baja. El pico, según los expertos, se espera en enero. Lo que sí ya está pegando con fuerza y con un nivel de actividad más que notable, es la bronquiolitis, causada por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), que está afectando a centenares de niños de hasta dos años en el área sanitaria de Vigo.
Fue esta semana cuando empezó a despuntar esta infección. En el Álvaro Cunqueiro. Según fuentes sanitarias, el personal que atendió a los pequeños estuvo compuesto por siete pediatras, dos auxiliares y una enfermera.A media tarde, la espera para ser atendidos fue de dos horas. La situación se agravó y, a las 12 de la noche, la demora llegó a ser de cuatro horas. El viernes continuó la misma tendencia. Solo por la mañana, casi un centenar de pequeños tuvieron que ser atendidos por problemas respiratorios relacionados con este virus. Los profesionales sanitarios se vieron por momentos desbordados, pues alrededor de las 22.00 horas empezaban todavía a entrar los niños que habían llegado a media tarde. "Estaba el personal de enfermería mínimo. Hacían falta refuerzos", lamenta un auxiliar del Álvaro Cunqueiro.
La situación ha provocado que en la Vela F del área de Pediatría del hospital vigués haya una gran cantidad de niños aquejados de este virus que están aislados. El aislamiento es una medida recomendada en los pequeños que padecen bronquiolitis.
También en los centros de salud han detectado un importante pico de esta infección en las últimas semanas. Dependiendo del grado de afectación y del cuadro que presenten, los niños se derivan o no al hospital. En bastantes casos es necesaria la hospitalización, especialmente en menores de tres meses.
Estos virus son patógenos que dan lugar a cuadros respiratorios que fácilmente pueden confundirse con catarros y que guardan ciertas similitudes con el asma. Provocan una inflamación de los bronquios que se manifiesta con una respiración silbante. ¿Y cuál es el tratamiento? Pues a los bebés que no superan los seis meses se les suministra únicamente oxígeno. A los que son algo más mayores, se le recetan broncodilatadores. Para los casos más graves también se utilizan corticoides inhalados e incluso por vía oral.
Aunque afecta fundamentalmente a los menores de 2 años, también pueden contagiarse niños más mayores o incluso adultos, produciendo un cuadro catarral. Sin embargo, en los bebés menores de tres meses la afección puede resultar grave, sobre todo si padecen alguna enfermedad respiratoria o cardiaca o si han sido prematuros.
La infección se transmite por secreciones respiratorias, tos, estornudos y también, indirectamente, por contaminación de las superficies. De hecho, esto hace que en las guarderías el riesgo de contagio sea muy elevado.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico e inicialmente arranca con un catarro de vías altas que, en 2 o 3 días, afecta también a las vías respiratorias inferiores produciendo tos, fiebre, secreciones, dificultad respiratoria progresiva, y disminución de la saturación de oxígeno en sangre.
