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Una trama de carne de caballo ilegal desvió para consumo humano partidas compradas por el zoológico de Vigo

La Guardia Civil se desplazó a Vigo en 2017 para analizar los albaranes - El Concello no llegó a abonar la factura y cambió de proveedor

Una trama internacional de carne de caballo ilegal que implica a ganaderos, empresarios, veterinarios y mataderos desvió para consumo humano una parte de las remesas que debían ser distribuidas al zoo de Vigo para la alimentación de sus felinos. Fuentes municipales han confirmado a este periódico que, tal y como revelaba ayer El País, uno de los veterinarios del recinto de A Madroa se dio cuenta en 2017 de la falta de 400 kilos de carne y de 8 patas de equino en uno de los pedidos, por lo que pidió explicaciones al matadero de Toreno, en León, sin obtener ninguna respuesta.

Los responsables del zoo no llegaron a abonar la factura en la que habían detectado las irregularidades y, desde ese momento, cambiaron de proveedor.

Desde el Concello vigués también explican que agentes de la Guardia Civil que investigaban esta red se desplazaron al recinto vigués en 2017 para analizar los albaranes.

El juzgado número 4 de Ponferrada inició la investigación en octubre de 2016 y el caso está actualmente en manos de la juez de la Audiencia Nacional María Tardón.

Según consta en el sumario de la Operación Gazel, los integrantes de la red introducían en la cadena alimentaria carne de caballos muertos, enfermos y sin ningún tipo de control sanitario para venderla como vacuno o ternera.

La Unidad Central de Medio Ambiente (Ucoma) de la Guardia Civil se ocupa de las pesquisas sobre una red con ramificaciones internacionales en, al menos, cinco países y 65 implicados entre ganaderos y empresarios cárnicos, además de cuatro veterinarios y responsables de mataderos de León.

La trama utilizó dinero negro para pagos y cobros con el fin de encubrir la compraventa de animales y evitar el control de la Agencia Tributaria.

Unos 18.000 caballos, parte de ellos procedentes de explotaciones portuguesas, habrían llegado a los mataderos de Astorga y Toreno con documentación fraudulenta y, en muchos caso, sin control sanitario. Y esta carne se habría vendido en Bélgica e Italia y puede que también en Francia y Holanda.

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