La Policía Nacional evitó en la tarde-noche de ayer el suicidio de un hombre atado de pies y manos que intentó tirarse desde uno de los diques que se adentran en el puerto en la avenida de Beiramar, próximo al astillero Barreras. El varón había llamado minutos antes a un allegado suyo para despedirse de él y le envió una fotografía, lo que determinó el lugar en el que se encontraba. Una rápida actuación policial salvó la vida de este vecino vigués de 46 años de edad, según fuentes oficiales.

Atado de pies y manos con unas cuerdas y una soga al cuello, un hombre pretendió sobre las 19.00 horas de la tarde de ayer arrojarse al mar -a unos 5 metros de altura- frente a las instalaciones de marPescanova Dos dotaciones de Policía, alertadas tras la llamada de un allegado de la víctima en la que le comunicaba su intención de acabar con su vida, llegaron al lugar, sin luz y ayudados de linternas, para salvarle del fatal desenlace. Dieron con su paradero gracias a una fotografía que la víctima envió en la conversación de su despedida.

Hablar con el hombre no fue suficiente para convercerlo. En el momento en el que los policías vieron que comenzaba a caminar hacia la orilla de la dársena, los cuatro agentes corrieron a toda prisa y cuando llegaron a su altura, saltó al agua, pero fue agarrado en el último suspiro por la capucha del chándal. El peso del varón suspendido en el aire hizo que el agente también fuese arrastrado hacia el mar, pero sus compañeros lo agarraron por las piernas, quedando en el aire ambos.

Con todo, no pudieron sacarlo a tierra tras ese intento, ya que la ropa se rompe, por lo que la víctima quedó en el aire presionado por la soga. Los policías comprobaron que estaba comenzando a asfixiarse y rechazaron cortarle la cuerda al cuello porque, al estar atado de pies y manos, si se caía al mar, acabaría ahogándose.

Por ello, los agentes decidieron atar un salvavidas al cuerpo del hombre, no sin dificultar, ya que se oponía dando patadas. A continuación, partieron la sujeción de la soga y se precipitó al agua junto con un agente -sujetado por el resto- para tirar de la cuerda del salvavidas y recorren el largo de la dársena -de unos 30 metros de largo- para poder traer al hombre a la orilla tratando de que no se diera la vuelta en el agua para evitar que se ahogase.

Finalmente, los agentes sacaron al vigués del agua y lo pusieron a salvo. Presentaba síntomas de hipotermia, por lo que los introdujeron en el vehículo, le quitaron la ropa, lo taparon y le pusieron ropa de abrigo del uniforme.

Una vez llegada la ambulancia para asistirlo, fue trasladado al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.