Hace unos días que nos ha dejado Joaquín Lemos Zunzunegui, el Dr. Lemos , o simplemente Tito, y la vida sigue como si nada hubiera pasado, aunque realmente ha sucedido algo muy importante para los que tuvimos la suerte de haberlo conocido, familia, amigos, colegas, discípulos y pacientes, ya que todos hemos perdido a un ser humano irreemplazable.

Su familia cercana, mujer e hijos (Rosa, Jorge y Pablo), de la que estaba tan orgulloso, se ha llevado la peor parte, ya que su dolor no creo que sea comparable con el del resto de las personas que han tenido la suerte de compartir algo de su vida con él.

Como amigo, me resulta muy difícil explicar el dolor y el vacío que siento por lo que no voy a intentarlo, ya que no sé si conseguiría expresar mis sentimientos y además todavía no puedo creer que nos haya dejado.

Como colega y discípulo, todos sabíamos de su valía como médico en general y como radiólogo, más concretamente en el campo de la ecografía, sobre la que escribió varios libros e impartió numerosos cursos y ponencias, siempre con una extraordinaria capacidad para transmitir no sólo los conocimientos, sino también el entusiasmo por todo lo que hacía. Muchos médicos tenemos que agradecerle que nos haya introducido en la ecografía, de la que sin duda fue pionero y maestro.

Como paciente, aunque no recibí atención médica directa de él, he de decir que cuando estuve enfermo sentí su gran apoyo y preocupación, intentando en todo momento que accediera a la mejor asistencia posible. Por eso entiendo la "sensación de orfandad" que en estos momentos nos están transmitiendo sus muchos pacientes.

Con estas líneas quiero hacerme portavoz de todos los que le queríamos y de alguna manera estamos en deuda con Tito para expresar públicamente nuestro reconocimiento, agradecimiento y recuerdo eterno.

Hasta siempre Tito.

*Medico Endocrinólogo