Los autores del informe señalan la "elevada estabilidad" de la relación entre el remanente y los ingresos corrientes del Concello de Vigo, con una media en torno al 35%, frente a la "mayor volatilidad" de Ferrol, que pasa de un 6% en 2011 al 39% de 2017. Algo similar se registra en Ourense, que aumenta desde un 19% hasta el 44%.

Alberto Vaquero, investigador del grupo GEN de la Universidad de Vigo y codirector de la Red Local de Administración Pública, apunta que el municipio olívico, a igual que el resto de concellos analizados, excepto el de Santiago, tiene un "comportamiento cíclico" en cuanto a su capacidad financiera per cápita, es decir "déficits en momentos de recesión económica y superávit cuando mejoran las condiciones".

De esta forma, en 2017 se alcanzan los valores más elevados de la serie. Pero aún así, Vigo registra la segunda ratio más baja de los siete municipios, 71,8 euros, frente a los 93,5 de Santiago, los 184,9 de Lugo, los 217,2 de Ferrol o los 307,6 de Ourense. De nuevo, esta cifra deriva de sus problemas de presupuesto, ya que es el único municipio español que lo tiene prorrogado desde 2014.