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La familia de Déborah Fernández: "La batalla empieza ahora"

"Estamos ilusionados porque es la primera vez en 17 años que jueza y fiscal citan a testigos. Nuestro deseo es conocer la verdad, sea cual sea", expone Rosa Fernández-Cervera

Asistentes en el último homenaje en Vigo a Déborah Fernández // Marta G. Brea

"La reapertura judicial de la causa sobre la desaparición y muerte de Déborah es un gran paso para nosotros, pero tenemos los pies en el suelo. La lucha de verdad empieza ahora, en el juzgado", expone Rosa Fernández-Cervera, hermana de la joven viguesa cuyo cuerpo fue hallado desnudo en una cuneta de O Rosal en mayo de 2002 y cuyo caso sigue sin esclarecerse. La ilusión en la familia es grande pues "por primera vez en 17 años el Juzgado de Tui cita a varios testigos para tomarles declaración". "Ya no somos nosotros, sino la jueza y el fiscal quienes deben pronunciarse. Estamos en sus manos", incide. Conscientes de las muchas trabas que habrá que superar y de la dificultad de lograr una prueba vinculante dado el tiempo transcurrido, la familia Fernández Cervera-Neira ha emitido un comunicado en el que adelanta que mantendrán la lucha para conocer lo ocurrido aquel 30 de abril de 2002.

Desde hace más de dos años, momento en que los hermanos de Déborah relevaron a sus padres al frente de la lucha para que su misteriosa muerte no quedara impune ya que prescribe en tres años, han conseguido numerosos testimonios e informes por su cuenta, que han sido aportados por sus abogados tanto al nuevo equipo policial desplazado desde Madrid como al Juzgado de Tui.

"Sea cual sea el resultado de las declaraciones testificales previstas y de la pericial acordada, no cesaremos en el empeño de descubrir qué persona o personas fueron responsables en la desaparición, muerte y traslado del cuerpo de Déborah", reiteran. "Nuestro deseo es conocer la verdad, sea cual sea, y si después de 17 años, por primera vez el Juzgado de Tui cita a declarar a alguien, esperemos que pueda contribuir a ello", inciden.

Ante los numerosos apoyos recibidos desde que FARO adelantó ayer la reapertura judicial de la causa para practicar nuevas pruebas de ADN y tomar declaración a siete personas, de las que tres no fueron siquiera citadas en sede policial en su día, la familia de Déborah agradece a través de la página web "Justicia para Déborah" el apoyo recibido: "Ni estamos tan locos ni tan despistados cuando el juzgado realiza actuaciones después de 17 años y reabre las diligencias. Un millón de gracias a todos los que nos habéis apoyado y seguís aportando vuestro granito de arena. Estamos construyendo una montaña juntos".

En esta búsqueda de la verdad, los letrados de la familia destacan que el nuevo equipo policial ha revisado y contrastado todo lo anterior, a la vez que trabaja en varias líneas de investigación para sacar sus propias conclusiones y no basarse en las heredadas de anteriores pesquisas. De ahí que se ahonde en al menos tres personas, todas del entorno de Déborah, en aras de esclarecer lo ocurrido.

El informe policial más solvente sobre la denominada Operación Arcano, se acometió entre 2009 y 2010, pero lejos de practicarse las pruebas solicitadas, la causa se archivó provisionalmente al considerarse que no había autor conocido. Los investigadores trataron de explicar los hechos con cuatro planteamientos "alternativos", si bien todos parten del mismo escenario, la curva del matadero de Alcabre donde Déborah fue vista por última vez a las 20.45 horas de aquel 30 de abril de 2002. Iba hacia su casa pero nunca llegó.

La "Hipótesis A" expone que Déborah, a punto de cumplir 22 años, fue abordada en la zona de playas "por dos desconocidos" que "bajo intimidación" la introdujeron en un vehículo. Habría sido agredida sexualmente y acabó muerta "bien por causas naturales o una acción criminal mediante una asfixia por sofocación" (las dos posibles explicaciones a la muerte que aportó en su día la autopsia). Esta tesis fue descartada. La joven tenía temperamento, se hubiera resistido pero su cuerpo no tenía ni una sola lesión de defensa. Y si hubiera sido abordada y violada, ¿cómo los forenses no vieron las lesiones habituales de agresión sexual?

Las otras dos hipótesis, denominadas como B y C, son similares. Una ahonda en que Déborah se habría topado con un hombre "solo conocido por ella" con el que mantendría una relación secreta y con el que se subió a un coche, y la otra en que ese hombre sí era conocido por su entorno. Algo muy poco probable, según los investigadores, pues no resulta creíble que de existir esa persona, nadie -ni un familiar ni una amiga- lo supiese. Tampoco apareció su rastro en el teléfono móvil. Los agentes también ven improbable que tuviera una relación secreta con un hombre conocido en su entorno.

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