El primer alcalde de la democracia en Vigo, Manoel Soto, ha muerto esta noche en la ciudad en la que gobernó entre 1979 y 1991. El exregidor llegó a la alcaldía bajo las siglas del PSdeG, partido que abandonó a finales de la década de los 90.

En su última entrevista con FARO, el año pasado, Soto, nacido en Ourense en 1944, echaba la vista atrás sobre su llegada a la alcaldía. "Recuerdo la tremenda ilusión que pusimos en el trabajo, no solo la corporación, sino también los funcionarios. Y eso que cogimos un Concello arruinado. El Concello ponía los materiales y los vecinos, el trabajo para hacer caminos (...). Yo recuerdo estos primeros tiempos por encima de cualquier otros".

El exalcalde, que en 1998 abandonó su partido y fundó Progresistas Vigueses, reconocía que su momento más duro durante su etapa al frente de la ciudad fue la reconversión naval y una manifestación que rehusó encabezar. "Es en el que más sufrí porque es difícil tener la conciencia de lo que hay que hacer, hacerlo y sufrir una incomprensión general tan enorme. Me ofrecieron encabezarla y leer el manifiesto de la manifestación de Vigo, pero me negué porque la ciudad tenía que emprender otros caminos. Y así fue. Yo hoy no milito en ningún partido, pero tengo que decir en favor del PSOE que nadie me dio nunca ninguna instrucción sobre lo que tenía que hacer en los doce años que fui alcalde".

Soto hablaba en esas declaraciones sobre su lucha contra el cáncer, enfermedad que padecía desde hacía unos años: "Tengo una dedicación fundamental, que es prolongar mi vida. Tengo un cáncer de pulmón. Recibí tratamiento de quimioterapia y radioterapia en el Cunqueiro y en el Meixoeiro, por cierto, con un trato excelente en los dos hospitales, y ahora estoy con uno de inmunoterapia. Esto se ha convertido en un objetivo absolutamente central de mi vida, al que he tenido que subordinar cualquier otra circunstancia".